Después que el Maestro Jochy Sánchez explicara las razones para
la cancelación de Luisa Rebecca Valentín del puesto de Directora del
Centro de la Cultura, esta manifestó que esas respuestas están poco
fundamentadas e insatisfactorias, no solo confirma todo lo denunciado,
sino que genera aún más, profundas interrogantes.
“Es obvio que los talentos del Maestro Jochy Sánchez, son meramente
musicales, puesto que en sus declaraciones muestra un precario manejo de
conceptos gerenciales, administrativos y contables, necesarios para un
cargo como el que ostenta. Su falta de conocimiento de sus funciones es
la que han hecho que se involucre en las funciones específicas de otros
funcionarios” expresó Luisa Rebecca mediante un comunicado.
Luisa rebecca Valentin detallo cada uno de los temas tratados el lunes 14 de julio por Jochy Sánchez en una rueda de prensa
1) LOS FAMOSOS 75 MIL PESOS
El Centro de la Cultura cuenta con un organigrama definido hace 35
años, mucho antes que el Ministerio de Cultura fuese creado, en el cual
existen una Dirección y un departamento contable encabezado por un
administrador, con una vida institucional autónoma, que ha sido
respetada por todas las instancias, hasta ahora.
Fruto de esa vida institucional propia, el Centro de la Cultura, a
través de su iniciativa académica y la renta de sus espacios, ha
generado un flujo económico significativo de aproximadamente
RD$500,000.00, mensuales que en parte cubren los gastos administrativos
de dicha escuela, pero que generan un amplio margen de beneficio para
atender otras necesidades de la institución. Ese dinero ha convertido
al Centro de la Cultura en una “mina”, esto es, en el centro de interés.
Alegando un supuesto fraude de los años anteriores, el Maestro Jochy
Sánchez, desde mi contratación, ocurrida el 9 de enero, se abrogó la
autoridad, que no le corresponde, de recibir a través de su contable,
los ingresos del Centro, sin ningún registro de cantidad recibida,
depósito bancario, ni relación de uso de ese dinero.
Esta situación irregular motivó que en varias reuniones yo le
expresara la necesidad de formalizar el uso de los recursos del centro
de acuerdo a las normas contables puesto que, como responsable del
Centro de la Cultura ante el Ministerio de Cultura y la comunidad, yo
debía contar con la información necesaria para dar las respuestas que me
pidieran.
El Maestro Jochy Sánchez con la frase “¿Para qué tú quieres un
informe económico? rechazó este requerimiento, demostrando, sino
irrespeto, un desconocimiento preocupante, ya que era mi atribución,
como directora del Centro, administrar, en beneficios de la propia
institución, los recursos que ella genera.
La pregunta que me hice en
ese momento fue ¿para qué quiere el Maestro Sánchez manejar el dinero
del Centro de la Cultura que apenas recibe una asignación estatal de
RD$40,000.00, si el dispone de una asignación mensual casi diez veces
mayor que la recibe el Centro, asignados a la Dirección Regional, para
cubrir gastos de actividades, que en dos años no llegan a una veintena?
El primer inconveniente grave surgió con el uso no autorizado por mí
de 75 mil pesos, que me fue informado verbalmente por su contable, para
completar el patrocino de RD$200,000.00 para un concurso de ensayo del
Colegio del Periodista. Si bien el objetivo del dinero era razonable, el
procedimiento que se utilizó fue inapropiado. Le pregunté que por qué
no se hacía un cheque para ese fin, en vez de tomarlo en efectivo, lo
cual no se hizo.
Posteriormente, dado que yo, como Directora del
Centro, necesitaba una sustentación de ese egreso en efectivo, solicité
el envío de una carta en que se documentara el gasto. Recibí copia de
una carta enviada al Viceministro de Participación y Creatividad, Tommy
García en el cual, el Maestro Sánchez, reclamaba que no se le había
entregado la subvención completa para el premio de los periodistas
(Ver
Documento 3).
La copia de la carta al Sr. Tommy García, no a la
Directora del Centro de la Cultura, no muestra acuse de recibo por el
funcionario capitalino, y en conversación posterior, sostenida el 24 de
Junio, el Sr. Tommy García refirió no tener conocimiento de esta
comunicación y tampoco su secretaria.
No hay para este gasto, que yo conozca, como la mayoría de otros
gastos realizados con los aproximadamente RD$500.000 mensuales que ha
producido el Centro de la Cultura desde mi nombramiento, ninguna
información de movimiento.
Posteriormente, he visto por la televisión el cheque 291, hecho con
este concepto y firmado por mí. Convendría que el mismo sea auditado,
para verificarse en su registro del Banco de Reservas quien cobró ese
cheque, completado y cobrado el 1ero de mayo. Realizado el retiro en
efectivo de ese dinero, debiera constatarse que no se trata de un doble
desembolso.
(Ver Documento 2)
Debo aclarar, que con motivo, de una licencia de trabajo acordada
antes de asumir el cargo, me vi en la necesidad de dejar, cual consta en
comunicación anexa del 4 de abril, seis cheque firmados (de los
siguientes terminales 291, 292, 293, 294, 295, 296, 297) a la contable
Anastasia Batista para ser utilizados en mi ausencia, en pagos
claramente determinados de suplidores.
(Ver Documento 3)
2) PRESUNTAS IRREGULARIDADES POR PARTE DE LA DIRECCIÓN DEL CENTRO DE LA CULTURA
Es obvio que el Maestro Jochy Sánchez desconoce las funciones de su
puesto en cuanto a las instituciones autónomas que están bajo su
supervisión. Supervisar en ningún momento puede significar evitar que
otros hagan sus funciones.
La función de la Dirección del Centro de la
Cultura ha sido por 35 años administrar de forma autónoma los recursos
económicos, humanos, grupales, artísticos, programáticos y técnicos de
la institución.
Lo cual se entiende, dado que no imaginamos de qué
forma el Maestro Jochy Sánchez, con que herramientas y bajo cuales
procedimientos aprobados por el Ministerio de Cultura, podría manejar
el día a día de centenares de instituciones cultural de la Región
Norte.
La siguiente frase recoge su limitada visión gerencial: “Los
Directores no disponen de los recursos, no deben disponer de los
recursos, yo no dispongo de los recursos, yo tengo una administradora”,
El Caribe, 15 de julio, pág.
23.
(Ver muestra de injerencia, en
documentos 9 y 10)
Ciertamente, el Maestro Jochy Sánchez, tiene una administradora, su
nombre es Anastacia Batista, la cual cobra como contable, en el Centro
de la Cultura, pero que tampoco es, hasta donde conozco, empleada del
Ministerio de Cultura.
Entonces tenemos que los recursos de las
instituciones del Ministerio de Cultura para el Cibao están siendo
administrados por una persona que, al parecer, no es empleada del
Ministerio, y si lo es, es de muy reciente nombramiento.
Precisamente a esa señora, la Lic. Batista, dado que nunca estaba
presente para cubrir el pago de dieta al personal técnico y de limpieza,
por servicios prestados, me vi obligada a hacer uso, a modo de Caja
Chica (suspendida desde febrero por esta Licenciada), en mi calidad de
Directora del Centro de la Cultura, la suma de RD$13,250.00, los cuales
fueron debidamente sostenidos por documentos correspondientes y cartas
enviadas (y firmadas como recibida por la Lic. Batista), según consta en
documentos anexos 4, 5, 6 y 7.
Con pesar debo referir, pues mi modestia me lo impedía, que las
actividades que pude realizar, debido al boicot económico de la
administradora del Maestro Jochy Sánchez, fueron sufragadas en su
mayoría con mis propios recursos, de los cuales todavía me adeudan más
de RD$50,000.00. De los cuales me dieron un avance en el cheque No.
010438, el cual no ha podido ser cambiado por “fondos insuficientes”.
3) TARDANZAS Y AUSENCIAS DE LUISA REBECCA VALENTÍN:
Es extraña esta afirmación de alguien que, como el maestro Sánchez,
es conocido por estar escasamente en su oficina, al igual que su
contable y su encargada de Recursos Humanos, ambas asalariadas en el
Centro de la Cultura. Igual de escasa es la presencia, constatable en
las coberturas de prensa, en las actividades culturales a las cuales es
invitado, recurriendo siempre a la presencia de un representante.
De todas formas, es una afirmación falaz que hace con respecto a mi
presencia en el Centro de la Cultura, puesto que el personal no
vinculado directamente al Maestro Sánchez pueden confirmar que laboraba
aproximadamente 10 horas diarias, que manejaba de forma flexible de
acuerdo a las necesidades institucionales, siendo regularmente la
última en abandonar la institución.
Siendo objetivos, el Maestro Jochy Sánchez, salvo por labores de
espionaje, no tiene ninguna prueba de las horas laboradas diariamente
por ningún empleado de ninguna dependencia de las instituciones
culturales de Región Norte que es, aunque el Maestro Sánchez parece
desconocerlo, la jurisdicción de su cargo. Pocas obligaciones ha de
tener el Maestro Sánchez para estar tan atento a una sola persona de los
cientos de empleados de cultura que existen en las 14 provincias del
Cibao, desde Bonao hasta Dajabón.
En cuanto al Centro de la Cultura, existe un control documentado de
tarjetas entradas y salidas de la institución para técnicos y empleados,
que nunca ha sido utilizado para el personal directivo y menos en la
condición “de asesora contratada” en que me encontraba, por la
negligencia del Maestro Sánchez a regularizar la condición de empleada
del Ministerio de Cultura.
Al margen de esta falta de documentación, el Maestro Jochy Sánchez,
al exigirme la asistencia a una hora específica muestra una ignorancia
peligrosa de la naturaleza de las funciones del Centro de la Cultura,
que a continuación esbozamos.
El Centro de la Cultura ofrece servicios
que van desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche, abarcando un
total de horas 15 horas laborables posibles, en ocasiones los 7 días de
la semana; por encima, de ser cubierto por mí, o cualquier empleado del
centro, su presencia superaría lo establecido por el Código de Trabajo
laboral dominicano establece un máximo de 9 horas laborables regulares
para un total normal no mayor de 45 horas semanales.
Una de las primeras tareas que asumí, y objetada por el Maestro Jochy
Sánchez, fue establecer un horario idóneo para trabajadores de oficina,
que regularmente laborarían de 9 a.m. a 4 p.m., y otro para el personal
técnico que ofrece soporte operacional a las diferentes funciones de
las salas de exposiciones y las salas de teatro. Obviamente, un horario
distinto para el personal docente que debe acomodarse a los diferentes
horarios de clase.
A esta práctica administrativa sana, propia de la Dirección del
Centro de la Cultura, se opuso El Maestro Jochy Sánchez alegando que
hacer cambios en los horarios podría traer demandas laborales y legales.
Es obvio su falta de experiencia.
4) SOBRE FERIADOS, DÍAS DE VACACIONES Y LICENCIAS
Existe un marco general que abarca, tanto a los empleados públicos y
privados para el manejo de la asistencia al trabajo, el cual debe ser
respetado. Sin embargo, es propio de la naturaleza de cada institución
que de acuerdo al flujo normal de trabajo se realicen reajustes, a
discrecionalidad de la Dirección de la Institución, en este caso de la
discrecionalidad de la Directora del Centro de la Cultura, tomar
decisiones de cara a mejorar el ambiente laboral y eficientizar el
rendimiento de los empleados.
Si el Departamento Académico no tenían clases y no habían programadas
funciones en las salas en Semana Santa, la Directora del Centro de la
Cultura, estaba en la facultad de decidir, si convenía al bienestar
institucional aprovechar para ofrecer un descanso al personal miércoles y
jueves santo. Esta decisión fue desestimada porque la Encargada de
Recursos Humanos, con la injerencia del Maestro Sánchez, me desautorizó,
alegando públicamente que “no le hicieran caso porque ella no estaba
nombrada”.
Si bien la decisión bien intencionada (y práctica usual en muchas
organizaciones públicas y privadas) pudo no ser del agrado del Maestro
Sánchez, en ningún momento este debió permitir que una subalterna, la
Encargada de Recursos Humanos, la desautorizara públicamente.
5) ACEPTACIÓN Y RECHAZO DE LOS POLÍTICOS, SEGÚN EL MAESTRO JOCHY SÁNCHEZ
El Maestro Jochy Sánchez ha dicho que insistió en colocarme (que no
nombrarme oficialmente como empleada del Ministerio de Cultura hasta
pruebas de lealtad incondicional), en contra de muchas voces política
entre los que menciono a la Ing. Aura Toribio y el Presidente Municipal
del PLD y actual Director de los Comedores Económicos, el Lic. Monchy
Rodríguez.
Esta afirmación me resultaba chocante, ya que es reconocida
mi vinculación al PLD, con más de seis años de servicios al servicio del
Senador Julio César Valentín y de haber colaborado, en noviembre del
2010, a la celebración del primer encuentro cultural del entonces
candidato, el Señor Presidente Danilo Medina, realizado con los
auspicios de Casa de Arte, Alianza Cibaeña, Ateneo Amantes de la Luz y
ArteVivo. En ese entonces, el Maestro Jochy Sánchez brillaba por su
ausencia, en cuanto a respaldo del actual Presidente.
CONCLUSIÓN
Finalmente, y en la confianza de que este sea el último
escrito, es evidente que garantizar la continuidad de los servicios del
Centro de la Cultura, igualmente para salvaguardar la buena imagen del
Ministerio de la Cultura y los logros extraordinarios alcanzado por el
actual Gobierno en la región del Cibao, es necesario que se disponga de
una investigación a fondo de lo que ha acontecido en el Centro de la
Cultura y de lo que aun acontece en la Dirección Regional de Cultura,
cuyo incumbente parece más interesado en las pocas instituciones que
generan ingresos, que en los cientos de instituciones culturales de la
14 provincias del Cibao, muchas de las cuales desconocen de labor
profesional, artísticas y responsabilidades del Maestro Jochy Sánchez,
porque éste nunca las ha visitado, como nunca se ha reunido con muchas
de las instituciones no gubernamentales y los gestores independientes,
de la ciudad de Santiago.
Como ciudadana, ya que no pude como Directora, solicito que la Cámara
de Cuentas o la Contraloría de la República, auditen al Centro de la
Cultura Srta. Ercilia Pepín, y con ello, la intervención hecha a este
Centro por el Maestro Jochy Sánchez, en su calidad de Director Regional
de Cultura.