Por: Marilyn Ventura
Sin lugar a dudas los calendarios representan una buena táctica dentro
de una estrategia inteligente para promocionar la figura de cualquier
empresa o personalidad.
Son muchos los que han recurrido a este recurso, todo con el propósito de mover su imagen dentro de los medios y el público, y a la vez promover de manera diferente algún artículo, paisaje, compañía o estampa.
Las mujeres han estado bastante activas en este sentido y son las que más han apostado por exhibir sus esbeltas figuras en hermosos catálogos cargados de color e impresionantes paisajes.
Algunas con poses insinuantes, ropa muy ligera y muy poco que dejar a la imaginación han hecho de esta iniciativa su carta de presentación en los medios, unas con buena aceptación, otras bastante criticadas.
Recordamos en este tenor a las mal llamadas “megadivas” de Luis Medrano, quienes causaron controversia y furor por sus sexys calendarios que le dieron la vuelta a gran parte de América Latina.
Después de la vorágine de las arriesgadas comunicadoras, otras se han atrevido a seguirle los pasos pero de manera más sutil.
Existen críticos que aseguran este es un recurso bastante trillado y falta de creatividad e imaginación, debido a que hay muchas formas de promocionar la imagen de una figura, no tratando de vender un falso turismo cuando lo que se quiere es exhibir descaradamente la desnudez de un cuerpo retocado por cirugías estéticas.
Son muchos los que han recurrido a este recurso, todo con el propósito de mover su imagen dentro de los medios y el público, y a la vez promover de manera diferente algún artículo, paisaje, compañía o estampa.
Las mujeres han estado bastante activas en este sentido y son las que más han apostado por exhibir sus esbeltas figuras en hermosos catálogos cargados de color e impresionantes paisajes.
Algunas con poses insinuantes, ropa muy ligera y muy poco que dejar a la imaginación han hecho de esta iniciativa su carta de presentación en los medios, unas con buena aceptación, otras bastante criticadas.
Recordamos en este tenor a las mal llamadas “megadivas” de Luis Medrano, quienes causaron controversia y furor por sus sexys calendarios que le dieron la vuelta a gran parte de América Latina.
Después de la vorágine de las arriesgadas comunicadoras, otras se han atrevido a seguirle los pasos pero de manera más sutil.
Existen críticos que aseguran este es un recurso bastante trillado y falta de creatividad e imaginación, debido a que hay muchas formas de promocionar la imagen de una figura, no tratando de vender un falso turismo cuando lo que se quiere es exhibir descaradamente la desnudez de un cuerpo retocado por cirugías estéticas.
