Nuevo corazón del merengue

La joven Steffany Constanza logra química, de inmediato el público la ve en la tarima, donde se mueve a ritmo de sus merengues, entre ellos "Cría cuervos", "Evidencia" y "La loba"
No es común que un artista desconocido para una multitud, suba a una tarima, que la gente lo aclame y cante sus temas como si los conociera de antemano. Steffany Constanza tiene esa virtud. Ella lo logra.
En los últimos siete meses esta joven merenguera de Constanza, paradisíaca ciudad del turismo ecológico, ha comenzado a formarse como artista en un proyecto que bien podría llamarse novedoso. No es un concepto echado a la suerte. 
Constanza es poseedora de una potente, cautivante y dulce voz que al subir al escenario crea, con su contagiante adrenalina, todo un derroche de talento con el que Dios premia a los escogidos. 
Aunque está abrazada al merengue, sin dudas es mucho más que una artista de música tropical. Es capaz de interpretar cualquier tipo de ritmos populares. 
Por su juventud, Constanza está llena de energía y la proyecta desde el escenario, donde se mantiene en movimiento constante. 
La muchacha, en medio de su inocencia, se desplaza con elegancia y sensualidad por todo el escenario. Mientras con su voz va robándose las emociones de los presentes, que la aplauden.
Experiencia
Desde su primera vez en tarima, en al menos diez oportunidades este redactor ha estado presente en las presentaciones de este talento en vías de desarrollo. La más reciente fue el pasado fin de semana en El Llano, en la provincia Elías Piña.

Había que estar ahí para ser testigos de la acogida lograda por Steffany Constanza, hasta ese momento desconocida para los lugareños.
Constanza entró de inmediato en sintonía con el público que no la conocía y que terminó cantanto con ella, como si fuera una cantante popular.
En esta joven el merengue tiene una artista con talento, carisma y un llamativo show sobre el escenario. Precisamente elementos que desde hace tiempo le faltan al ritmo. 
Su repertorio, hasta ahora, lo componen tres temas propios: “Cría cuervos”, “Evidencia” y “Como una loba”, junto a varios ya conocidos en voces de otras merenguera como Míriam Cruz y Juliana. Sus temas fueron arreglados por Ramón Orlando y Henry Jiménez, dos virtuosos del merengue. 
Al verla, sorprende por su fragilidad y,  la vez, la identidad en los matices de su voz, algo muy importante para una artista con potencial y futuro. 

Nota: Ramón Almánzar