A mis 50 años, celebrados entre ciegos que ven con claridad divina

Un Momentito con Miguel
Autor Miguel De Jesús
Locutor y Abogado Dominicano

Aceptar el reto de impartir un Diplomado de Locución para ciegos se convirtió en una bendición, ellos me enseñan las herramientas que tienen para ser valientes y enfrentar los obstáculos que a diario la vida les presenta.

Aun en medio de dificultades y precariedades tienen la capacidad de sonreír y levantar vuelos en busca de sus sueños, son puntuales y aplicados. Sus historias son diferentes pues muchos son ciegos de nacimiento pero otros perdieron la vista por enfermedades.

Ellos no ven nuestras caras, solo sienten los latidos de los corazones y los cubren con sus almas puras, ellos tiene la magia de ver la belleza mas allá de las miradas, ellos nos abrazan en la oscuridad de su ceguera para darnos luz con la más tierna de sus sonrisas.

No ven el Mar pero acunan sus deseos en sus olas, no ven las estrellas pero se enamoran del universo con ellas, no ven la Luna pero ella los invita en su soledad a bailar  la danza de la alegría y esperanza.

Para nosotros el Sol es la luz que se apaga cuando la noche tiende su manto, pero para ellos Dios es su luz, razón por la cual están iluminados todo el tiempo pues nuestro Señor en su infinito amor se manifiesta a través de ellos.

El pasado Sábado, Alianna, Rosa, Yubelkis, Pedro, Elvia, Cristian, Felix, Haime entre otros, se pusieron de acuerdo para celebrarme el cumpleaños más lindo, como es normal llegué al lugar donde imparto las clases.

Al acercarme noté el salón oscuro y pensé en alguna situación técnica pero al abrir la puerta uno de los coordinadores les dijo que estaba entrando y  a coro comenzaron a cantar cumpleaños feliz.

Personas ciegas con cosas que atender primero que a mí, habían visitado el día anterior el salón de clases para decorarlo y al día siguiente sorprenderme con la muestra de cariño más sincera pues ellos quieren y aman como los niños ,sin malicias.

José con su guitara cantó para mí y todos expresaron el amor que me sentían , las palabras no me salían y las ideas no pude coordinarlas, me sentí tan pequeño ante personas tan maravillosas y valiosas, que deje para hoy desahogarme y después de agradecer, dedicar este Momentito a mis 50 años, celebrados entre ciegos que ven con claridad divina .