Por: Marilyn Ventura
Periodista
Mucho se ha debatido en los medios sobre el caso del comediante estadounidense Bill Cosby, quien supuestamente abusó de una menor en 1974, es decir 41 años atrás.
Para nadie es un secreto que las leyes de Estados Unidos son bastante rígidas y fuertes en cuanto a estas situaciones, donde prácticamente no se escapa nadie, aún siendo una celebridad o persona pública.
La señora demandante, que hoy tiene más de cincuenta años, asegura que Bill abusó sexualmente de ella cuando era una adolescente de 15 años en 1974, forzándola a realizar prácticas sexuales con él en la mansión Playboy.
Cosby, de 78 años de edad, no es la primera vez que enfrenta demandas, debido a que se revelaron unos documentos judiciales donde Cosby admitió bajo juramento en el 2005 haber adquirido sedantes para administrarlos a mujeres con las que quería mantener relaciones sexuales.
También la revista New York Magazine publicó en portada fotografías de treinta y cinco mujeres que afirmaron fueron víctimas de abusos sexuales por parte de Cosby, y que detallaron sus acusaciones en contra de él.
Es penoso leer toda esta controversia sobre Bill, quien durante las décadas de 1960, 70 y 80 fue el referente de la comedia televisiva en Estados Unidos y sin lugar a dudas "The Cosby Show" sentó un precedente en la pequeña pantalla.
Pero más penoso es entender la vida desorganizada y trastornada de muchas de las celebridades y figuras que admiramos tanto a nivel nacional como internacional, quienes definitivamente no se cuidan ni miden consecuencias cuando se encuentran en la vorágine de la popularidad y el jolgorio de la fama.
