Desde hace un buen tiempo tenía en el tintero visitar el anfiteatro Nuryn Sanlley en la ciudad de Santo Domingo con el propósito de conocer el lugar, sus instalaciones, espacio y capacidad.
Quedé gratamente sorprendida este fin de semana con el aforo, cuando por invitación del colega Alexis Beltré para disfrutar del concierto de Shadow Blow, me dirigí hacia la ciudad capital para conocerlo.
Mi intención era constatar la importancia de este lugar, precisamente construido por la alcaldía de Roberto Salcedo en el Parque Iberoamérica, el cual busca proyectar ante un selecto público el arte y la cultura nacional.
El anfiteatro se presta para muchas actividades al aire libre. Resulta ideal para recitales pequeños, ya que tiene capacidad de 2,800 personas y eso es un buen número para quienes inician en los menesteres artísticos.
Claro está, cualquier artista consagrado también puede actuar en el auditorio, celebrar un aniversario o realizar cualquier presentación artística que no amerite de un escenario gigantesco.
El espacio también podría resultar ideal para obras de teatro, espectáculos de danza, eventos infantiles, conferencias, charlas y otras actividades donde se quiera tener un contacto mucho más directo con el auditorio.
Me satisfizo sobremanera el hecho de que se llame Nuryn Sanlley, una mujer que sin dudas lo entregó todo por el arte y la cultura dominicana, pero sobre todo trabajó para uno de los segmentos más importantes de cualquier sociedad: los niños.
Valoramos en gran manera este nuevo escenario para la proyección de nuestros artistas e invitamos a conocer el aforo, a integrarnos a sus actividades y a valorar lo que está bien hecho y bien pensado.
Por: Marilyn Ventura
