¿Es normal la felicidad?


Por: Marilyn Ventura
Periodista

En el mundo occidental disfrutamos hoy en día de la mayor calidad de vida jamás conocida. Disponemos de mejores tratamientos médicos, más y mejores alimentos, mejores condiciones de alojamiento e higiene, más dinero, más bienestar, mayor acceso a la educación, a la justicia, a los viajes, al entretenimiento y las oportunidades laborales. Sin duda, la clase media hoy vive mejor que la realeza de no hace tanto tiempo, y aún así hay sufrimiento humano por todas partes.
   
 Las secciones de psicología y desarrollo personal de las librerías crecen a un ritmo nunca visto. Sus títulos abarcan depresión, ansiedad, anorexia nerviosa, sobre ingesta, manejo de la ira, divorcio, problemas de pareja y sexuales, adicciones, baja auto estima, soledad, duelo, juego – si tiene nombre hay un libro al respecto. Mientras, en televisión y radio, revistas y periódicos, los “expertos” nos bombardean con consejos para mejorar nuestra vida. 

Es por ello que el número de psicólogos, psiquiatras, consejeros matrimoniales, trabajadores sociales “coaches personales” se incrementa cada año. Y sin embargo – esto da que pensar – toda esta ayuda, consejos y sabiduría no ha conseguido que el sufrimiento humano disminuya sino que crezca a marchas forzadas!
   
 Las estadísticas son abrumadoras : todos los años cerca del 30 por ciento de la población adulta sufrirá algún trastorno mental reconocido. Según la Organización Mundial de la Salud la depresión es la cuarta enfermedad en el mundo por el coste y deterioro que conlleva y será la segunda en el año 2020.

Una semana cualquiera, una décima parte de la población adulta sufre una depresión clínica, y una de cada cinco personas la sufrirá en algún momento de su vida. Más aún, uno de cada cuatro adultos, en algún momento de su vida, sufrirá algún tipo de adicción, de ahí que hoy haya más de 20 millones de alcohólicos solo en los Estados Unidos.
    
Más asombroso y serio que las estadísticas es el hecho de que una de cada dos personas atravesará un momento en su vida en el que contemplará seriamente el suicidio y luchará con el durante dos semanas o más. Más alarmante aún, una de cada diez personas intentará, en algún momento, acabar con su vida.

Pensemos en estas cifras por un instante. Pensemos en la gente de nuestra vida : amigos, familiares, compañeros de trabajo. Contemplemos lo que esas cifras implican : de toda la gente que conocemos, casi la mitad, en algún momento de su vida, se sentirá tan abrumada por el sufrimiento que contemplará seriamente el suicidio. Y uno de cada 10 lo intentará! En los últimos dos siglos se ha duplicado la esperanza de vida. 

Pero acaso hemos doblado la riqueza y plenitud de esa vida? Las estadísticas nos dan la respuesta alto y claro : la felicidad duradera, en el sentido corriente del término, no es normal!