LO QUE NO CONOCE UNA FAN

Tengo una prima que es fan (admiradora entusiasta en inglés) de un cantante contemporáneo. Una tarde la escuché hablar por teléfono con una amiga (otra fan) acerca de su artista preferido. 

Compartían las últimas incidencias sobre su "ídolo" común: Su último disco, su nuevo romance, su vídeo más reciente, lo bien que le quedaba su nuevo look, etc. Me llamó la atención todo lo que estas jóvenes sabían acerca de esa persona. 

Tanto así, que decidí esperar que mi prima terminara de hablar por teléfono (mucho tiempo) para hacerle una pequeña entrevista. ¿Mi objetivo? Saber cuánto conocía en realidad acerca de su príncipe azul.

Una vez terminó de hablar la abordé. Comencé por preguntarle el nombre de pila de su "estrella". Ella me respondió enseguida, luego de exclamar "¡qué fácil!" Así continué con preguntas relacionadas con su origen (nacionalidad), fecha de nacimiento, estatura, color de ojos, etc. 

A todas mis preguntas la prima daba respuestas tan rápidas y seguras que decidí ir más profundo, le pregunté por la comida y color preferidos de su "astro", sobre su primer amor, su familia; fortuna, planes futuros, en fin, acerca de muchísimas cosas personales. 

Para mi mayor asombro, mi prima fan parecía saber la respuesta correcta para cualquier pregunta que sobre esa persona pudiera formular, no había dejado de contestar ninguna de las que le formulé. Es más, alardeo saber hasta de un lunar que este sujeto tenía en una parte íntima de su cuerpo.

Cantante, decidí cambiar el tema de entrevista por un aspecto másinteresante (al menos para mí). Le pregunté cómo le gustaba a ellacomer los huevos. Ante esta pregunta la joven cambió su rostro conexpresión de seguridad y alegría por uno de confusión y sorpresa.Después de gesticular duda por unos segundos reaccionó:

-¿A mi?... ¿Los huevos? -Sí. A ti, ¿cómo te gustan los huevos? - insistí. -Bueno... a veces... este... me gustan fritos, pero también me gustan revueltos. Aunque tampoco tengo problemas con comer los hervidos. Los como de muchas formas. -Pero ¿cuál prefieres de todas las formas? -volví a preguntar. -Creo que... ¿Para qué quieres saber eso? -Bueno, sólo contesta. -Creo que los preferiría... No sé, realmente no sé -dijo algo turbada-. Nunca me había preguntado cómo me gustaban los huevos, eso es algo ridículo. 

¿A quién le interesaría saber cómo me gusta comer los huevos? -¿No debería interesarte a ti? -le pregunté algo desconcertado.Recibí como respuesta un mutis que señalaba una conclusión negativa. Con decepción me di cuenta de que mi prima no había conseguido entender la intención de mis últimas preguntas.

Entonces le presenté un pequeño discurso en el que resaltaba la importancia de conocerse a uno mismo antes que a otros, le hablé de que los problemas de baja autoestima, que son tan comunes en estos tiempos, tienen como factor común una actitud negativa hacia las experiencias de auto exploración y el propio conocimiento. 

Todo lo que dije era cierto, pero mi prédica cayó en el vacío, mi prima me oyó hablar por unos minutos con la impavidez de quien intenta entender a un interlocutor que habla en idioma desconocido.Después entendí que no es fácil asimilar estas cosas, por mejor que se digan, si lo que más se ha vivido desde temprano es la experiencia de la auto descalificación inherente a un ambiente donde se hace culto a la farándula amarillista.

La tendencia moderna es atender a todo menos a uno y lo de uno. Vivimos en unos tiempos en los que cada vez es más fácil conocer acerca de los famosos; los medios de difusión masiva nos bombardean a cada instante las últimas incidencias de la vida de las celebridades. La modernidad ha convertido a las masas en mares de ávidos espectadores que viven a expensas del conocimiento de la "gente importante". El mundo actual es un escenario concentrado alrededor de los "protagonistas".

El mensaje, aunque muy sutil, llega con bastante claridad: "Sólo esta gente importante es digna de atención, los demás debemos conformarnos con soñar ser así o admirarlos hasta la obsesión".Nuestro mundo se llena de gente vacía, muy versada en el conocimiento de lo ajeno y, sin embargo, analfabeta en la definición de la propia identidad. Gente que aprende a despreciarse en la medida en que conoce las "virtudes" de otras existencias.

El camino que transita hacia el propio conocimiento puedeparecer menos interesante y más difícil de recorrer, pero sin dudaes el más seguro de todos. Es el que te puede ayudar a aprender avivir apreciándote como lo que eres y no a la luz de lo que te dictanparámetros ajenos y construidos por publicidad sensacionalista. Tuvida es real y tuya, eso es lo que la hace valiosa, puedes descubrirlodesde ahora mismo si quieres. Si así lo decides encontrarás los verdaderos atributos de una estrella real: Tú.

Por: Jorge A. Acosta García
Autor Invitado