Por: Agustín de la Cruz
Vivo en la gran manzana, donde @Uber se ha convertido en un dolor de cabeza para las compañías tradicionales de taxis, en su mayoría operadas por dominicanos, pero debo aclarar que desconozco quien o quienes son los responsables de dicha empresa, tanto aquí como allá, mi comentario lo baso más como usuario y parte afectada que, como comunicador.
Es inaceptable que el negociante del transporte “Antonio Marte” (CONATRA) pretenda chantajear al presidente con el cuento de que estamos en un año electoral, como si los taxistas que darán servicios a través de #Uberx serán traídos desde otro país.
Llámese #Uber o como se llame, el hecho de que una nueva empresa ofrece la posibilidad de adecentar el servicio de #taxi en el país, ofreciendo mejor seguridad, calidad, servicio y tarifa son razones más que suficiente para despertar el entusiasmo entre quienes nos movilizamos a través de ese servicio.
En las reiteras ocasiones que visito la capital, he tenido que vivir en carne propia los abusos de alteradas tarifas, las que difieren al compararlas con las de otros taxistas hasta de las mismas base.
Unas unidades que parecen carros de conchos, pero con precios de limusina, te apagan el aire y te bajan las ventanas para que al protestar, este obligado a aceptar un cargo extra, te dilatan la llegada por rutas largas y complicadas, con la finalidad de sustentar el alto precio.
En nuestro país nos fascina protestar por los cambios, pretendemos continuar viviendo en el desorden y caos, para de esa manera un grupo minoritario pueda vivir organizados en contra de la mayoría.
