¡Prueba divina!

La nobleza como la generosidad humana se desarrolla en un terreno desértico y adverso en el cual el cielo prueba nuestro potencial usando ecuaciones de un millón y medio, con su equivalente en oro, mientras la tierra comprueba que normalmente damos respuestas de a centavo. 

Pedimos milagros pero damos limosnas, exigimos excelencia pero pagamos migajas, buscamos integridad pero entregamos desconfianza. 

La gran pobreza en nuestras vidas es resultante de no querer excavar nuestras minas, ni hallar a alguien digno de los tesoros de nuestro corazón. 

Preferimos dar excusas y buscar culpables, con tal de no hallar soluciones, que realmente son decisiones. La nobleza es la mayor riqueza y el amor el mayor tesoro. No eres lo que das, pero al dar pasas a ser mejor de lo que eras.