Por:Marilyn Ventura
La expresión que lleva como titular esta columna de hoy viernes la he
escuchado en múltiples ocasiones, sin embargo fue hasta este momento
cuando decidí analizar su contenido.
Entiendo la frase refleja mucha verdad en cada una de las palabras que la forman, resaltando el hecho de que las relaciones que se cultivan durante el trayecto de nuestras vidas pesan mucho más que el dinero que se pueda tener.
Para nadie es un secreto que el poder muchas veces no viene de la mano del dinero y que esas relaciones que sembramos con los grandes y los más altos pueden tener una repercusión positiva en su momento.
Esta expresión a veces se convierte en un arma de doble filo pero también en una frase necesaria cuando se quieren conseguir cosas y quizás no se tenga el dinero suficiente para adquirirlo.
Son muchos los que han cultivado buenas relaciones y en el preciso momento que necesitan de esa mano amiga la encuentran para salvar la situación. Otros penosamente no corren con la misma suerte y se quedan con la intención.
Lo cierto es que muchas veces es mejor tener relaciones que tener los bolsillos llenos de dinero y no saber qué hacer con esto.
Lo anterior nos invita a una gran reflexión sobre las amistades que diseminamos a lo largo de nuestras vidas, sobre las personas que están a nuestro alrededor pero sobre todo a quienes les tocamos las puertas en ese momento determinado que necesitamos una ayuda.
Entiendo la frase refleja mucha verdad en cada una de las palabras que la forman, resaltando el hecho de que las relaciones que se cultivan durante el trayecto de nuestras vidas pesan mucho más que el dinero que se pueda tener.
Para nadie es un secreto que el poder muchas veces no viene de la mano del dinero y que esas relaciones que sembramos con los grandes y los más altos pueden tener una repercusión positiva en su momento.
Esta expresión a veces se convierte en un arma de doble filo pero también en una frase necesaria cuando se quieren conseguir cosas y quizás no se tenga el dinero suficiente para adquirirlo.
Son muchos los que han cultivado buenas relaciones y en el preciso momento que necesitan de esa mano amiga la encuentran para salvar la situación. Otros penosamente no corren con la misma suerte y se quedan con la intención.
Lo cierto es que muchas veces es mejor tener relaciones que tener los bolsillos llenos de dinero y no saber qué hacer con esto.
Lo anterior nos invita a una gran reflexión sobre las amistades que diseminamos a lo largo de nuestras vidas, sobre las personas que están a nuestro alrededor pero sobre todo a quienes les tocamos las puertas en ese momento determinado que necesitamos una ayuda.
