Por: Joseph Caceres
El tema de llevar el premio Soberano a Santiago se ha hecho recurrente .
Cada cierto tiempo se plantea esa idea, como también la de tomar como sede el Palacio de los Deportes, sólo por el hecho de que es un local de más capacidad, lo que daría la oportunidad de acoger a mucha gente del pueblo en la premiación.
Las dos propuestas tienen sus bemoles, pero hay quienes siempre las plantean sin reparar en lo que ello conllevaría.
El traslado de practicamente todo el conglomerado artístico y técnico residente en la capital hacia Santiago, la logística que habría que implementar, el alojamiento hotelero, pero más que nada convencer a muchos nominados de que hagan ese viaje, sin importar que pierdan o ganen.
Es difícil que muchos hagan un viaje a Santiago con el temor de hacerlo "en balde", y que no vayan a ganar, conociendo uno la mentalidad de los artistas dominicanos. Lamentablemente no estamos en Hollywood, donde los actores acuden al Oscar aunque pierdan.
Aquí hay nominados que no van al Soberano porque piensan que no van a ganar, y son los que provocan la cantidad que se ve de butacas vacías en la sala.
Imagínense lo que sería en Santiago.
En cuanto al Palacio de los Deportes, los proponentes deberían entender que el premio no es un partido de baloncesto ni un mitín de proclamación política para estar inventando en ese local tan deficiente.
Dejen ese populismo barato, que propuestas como esa sólo harían bajar de categoría el premio.
