El mundo del humor dominicano amaneció triste con la noticia del
fallecimiento del comediante Saúl Jacob Rodríguez Gutiérrez, mejor
conocido como Maceta. Tenía 43 años de edad y murió a consecuencia de
problemas cardíacos.
Maceta falleció durante la madrugada de este miércoles de un infarto
en su residencia de la comunidad Los Colases de Monte Adentro, en
Santiago, donde su cuerpo será velado, informaron sus familiares.
El comediante formaba parte del programa “A reír con Miguel y
Raymond”, que se transmite por Telemicro, canal 5, y también en el
programa de Nelson Javier (El Cocodrilo).
Según los testimonios, Maceta venía padeciendo de problema cardíacos
que se complicaron además por problemas de obesidad, por lo que hace
varias semanas fue ingresado en un centro hospitalario.
Sus colegas al enterarse de la triste noticia comenzaron a escribir mensajes en las redes sociales.
"Mi amado hermano, tu partida destroza el corazón de los que te
amamos, gracias a Dios que te fuiste con Jesús en tu corazón", publicó
Raymon Pozo, compañero en el espacio televisivo "A reír con Miguel y
Raymond" (canal 5).
“Que triste levantarse y encontrarse con noticias así, de corazón
fuiste tremenda persona, un gran compañero y buen amigo y excelente
comediante, hermano que Dios te tenga en su gloria”, publicó Fausto Mata
(Boca de Piano).
Uldanelli Capeli, compañera de programa en “A reír con Miguel y
Raymond” escribió: “Mi gordo, mi gordo, mi gordo, esta realidad mi
corazón no la acepta”.
En cambio, Manolo Ozuna lamentó "de corazón y recibo con dolor tu
inesperada partida ...que papa Dios te reciba en sus brazos hermano
Maceta".
Con lagrimas en los ojos, el humorista Miguel Céspedes dijo al
periódico Diario Libre que “el país pierde a uno de los humoristas más
talentosos, carismáticos y repentistas del medio, sabía improvisar y nos
seguía el ritmo a Raymond y a mí. Lo considerábamos el número tres”.
Recordando que la última conversación que sostuvo con su compañero
fue el Día de los Padres, que “Maceta” le llamó para felicitarle, y
externarle su agradecimiento como si fuera una manera de despedirse de
él.