SONAJERO: Libro verde

Libro verde

Grisbel Medina R.
sonriete_gris@hotmail.com



En este mes patrio, desde Oviedo, Virginia Read Escobal recomienda odiar menos y leer más. A propósito de lecturas, República Dominicana echó andar las páginas de un libro verdecito. De carátula sencilla, de empastado nada ostentoso, aquella cartilla democrática se dejó acariciar y subrayar en campos y ciudades.
El libro fue de mano en mano. Abrió sus líneas a la gente común pero no corriente. Estuvo en plazas públicas, en escuelas, en la calle, en iglesias. 
Es el Libro Verde contra la Impunidad, el que por varios días nos perteneció a todos. Aquel firmado por 312 mil 415 personas cansadas de la arbitrariedad y de que la desprotección social sea un monstruo intangible que se roba lo tangible.
Las lecturas del libro verde son muchas. Alcanzan para reflexionar en tertulias familiares, en los sabrosos encuentros de los jueves con gente ligeras de equipaje. Primero, la marea verde es un pellizco necesario, una chispa indispensable para despertar de un letargo ciudadano que nos cobra demasiado en dejadez, en insensibilidad, en impotencia. Se acabó eso de que “nada es nada y todo es todo”. 
El libro verde nos unió en una manifestación ciudadana organizada, civilizada, inspiradora. El libro verde sacó a flote la fuerza y resistencia del pueblo, del verdadero, de aquel que respira en la gente que construye sin esperar la borona de una tarjeta o el beso forzado de un candidato cada cuatro años.
Además, el libro verde abonó la conciencia de un pueblo luchador, últimamente mareado por un Estado que amaga y no termina de dar (y hablar). El libro verde sacudió la somnolencia de un país dolido de ver tantos corruptos disfrutando del erario sin ningún barrote merodeando sus chalets.
El libro verde le dio brillo a la dignidad, a la manifestación sin paga, a la bandera que ondea sin raciones de romo, sin pesos para gasolina. La marea verde devuelve la esperanza en lo que somos como nación y lo que podemos ser si superamos el dolo descarado, el tráfico de influencias que atrasan, la tragedia de la corrupción y la impunidad. Con permiso de Tania, iremos por más