SANTIAGO.-Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, propuso ayer “la muerte civil” para los funcionarios públicos vinculados a casos de corrupción e impunidad, como una forma de apartarlo de la sociedad con el rechazo total.
El arzobispo emérito de Santiago, en su artículo Un Momento, publicado ayer en eldiario55digital, señala que esa es una acción propuesta en Perú por el presidente de esa nación a los involucrados en el caso Odebrecht, la que dijo es saludable.
“Sigue impactante la posición del presidente del Perú, al descubrir en su seno a ministros, colaboradores suyos inmediatos corruptos, y él proclamó y dijo, “no podemos eliminarlos físicamente, pero podemos darles muerte civil”, sostuvo.
¿Qué es la muerte civil?, se preguntó, tras explicar que “cuando se ve que se pierde el prestigio, el prestigio ante un puesto que se tiene en la sociedad y en la vida pública”.
Informó monseñor de la Rosa y Carpio que frente a la “la corrupción y la impunidad”, una manera de corresponder es eliminando, poniendo fuera de circulación, no presentar en la primeras planas de nuestros periódicos a aquellos que están en la corrupción y en la humanidad.
“Démosles muerte civil, que no se hable de ellos y tal vez así se arrepientan, cambien y se transformen ellos y no le dejen esa herencia a sus hijos”, declaró.
El arzobispo emérito de Santiago señala que es mejor que los corruptos mueran civilmente ahora y no que mueran moralmente después que su muerte es física, porque “les deseamos que puedan cambiar y transformarse y no dejar esa herencia, que no maten a su familia antes de morir físicamente”.
