El ex sacerdote católico Richard John James Robinson, quien fue declarado hoy culpable de abuso sexual a niños menores de 16 años entre 1959 y 1983 en varias iglesias inglesas, fue condenado a 21 años de cárcel por el tribunal británico que le juzgó.
El juez Patrick Thomas de un tribunal de la ciudad de Birmingham (centro de Inglaterra) anunció la condena poco después de que el ex sacerdote fuera declarado culpable de los cargos de abuso de menores, de los que se habida declarado inocente.
Durante el juicio que se le siguió en Birmingham, Robinson, de 73 años y al que se le conocía como Padre Jim, negó los 21 cargos que se le imputaron y que están relacionados con los abusos cometidos contra seis menores, dos de ellos monaguillos, que hoy tienen entre 40 y 60 años.
En agosto del año pasado, Robinson fue extraditado desde EEUU, donde vivía desde 1985 y después de haber estado asignado en iglesias de Staffordshire, Birmingham y Conventry (Inglaterra).
Según detalles del proceso judicial, Robinson dejó la carrera de boxeador cuando tenía 20 años porque quería empezar a prepararse para el sacerdocio y utilizó su posición como cura para tener acceso a niños “sin restricciones y de forma ilimitada”, a los que les daba regalos y los llevaba a dar paseos en su automóvil deportivo.
Al comunicar su condena, el juez describió al ex religioso como una persona manipuladora: “los delitos que cometió fueron perversos hasta lo inimaginable y causaron un daño inmenso y duradero a sus seis víctimas. Sólo podemos esperar que el daño causado no sea permanente”.
“Usted utilizó y abusó de su posición de confianza, de su posición de autoridad y confianza total en el seno de las comunidades por las que pasó”, señaló el magistrado.
Robinson, dijo el juez, también se aprovechó de su carisma y de su capacidad para detectar a los niños más vulnerables.
“No tengo ninguna duda de que disfrutó seleccionando a sus víctimas, eligiendo niños vulnerables. Disfrutó haciéndolo lo mejor que podía y sabía para acostumbrarlos, para prepararlos a aceptar lo que les hacía”, manifestó el juez Thomas.
“Usted fue y es lo suficientemente artero, manipulador y audaz para salirse con la suya pese a la altamente arriesgada secuencia de encuentros sexuales que mantuvo durante 25 años”, añadió.
El juez también le reprochó al ex sacerdote la cobardía por escaparse del país para no tener que hacer frente a sus víctimas.
Este nuevo escándalo que salpica a la Iglesia Católica puede tener consecuencias, ya que durante el juicio se constató que la archidiócesis de Birmingham le pagó un salario mensual de 800 libras (896 euros) hasta diciembre de 2001, pese a estar al tanto de las acusaciones que había en su contra.
Sobre este ocultamiento, el juez Thomas dijo que no le correspondía a él juzgarlo, pero invitó a otros a llevar a cabo una “investigación a fondo” para depurar responsabilidades.
Vía EFE