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Pocas veces se ha escrito sobre la evolución de la música popular dominicana con tanto rigor como lo hace Chery Jiménez al discurrir en torno al origen de la Banda Los Beduinos de Wilfrido Vargas.
El bajista, director de orquesta y ejecutivo desarrolla una faceta que deberá explorar con más frecuencia en el futuro inmediato.
Hay que reconocer que este mismo medio (Meréngala), ha ilustrado sobre otros episodios históricos relacionados con la escena nacional.
Además de despejar la verdad de como se formó la orquesta, queda claro que Wilfrido no fue un ejecutante musical sin talento, como muchos han querido establecer.
A Vargas algunos le sindican más bien como un gran productor, y hasta decían que simulaba tocar su trompeta, mientras detrás otros, como Guancho Viloria o Kilvio Fernández “soplaban” por él.
Desde una perspectiva que confiesa interesada, Chery desglosa la estrategia trazada para desmontar a Johnny Ventura de su posición cimera en la música bailable durante los años 70.
Dentro de esos aprestos, el equipo de los Beduinos integró varios estrategas y figuras claves, como Joseph Cáceres, Willy Rodríguez y José Andrés Pena Manso.
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Esa iniciativa se le atribuye indistintamente al entonces destacado locutor musical Enrique Fernández y a Joseph Cáceres, el más influyente cronista de espectáculos.
Sobre la Tercera Brigada, la Gran Orquesta, el vocalista Sandy Reyes y lo de Patrulla 15, también hay grandes interrogantes por aclarar.
Aquellos cantantes de la tercera Brigada, “El Angelito” y Sergio Hernández; de como Wilfrido reclutó a Sandy y la participación del cronista Guillermo Henríquez, y por qué Patrulla 15 se establece en Puerto Rico.
Todo esto resulta muy interesante. Esperamos que tanto Chery Jiménez, como otros actores del proceso, así como analistas imparciales hagan sus aportes a historiografía desde distintas perspectivas.
Por :Johnny Arrendel
