La hidalguía parece haberse despedido de esta tierra en silencio y sin avisar, de ahí que, como diría 'Cambalache', una idea que Enrique Santos Discépolo plasmó en 1934 y que hoy sigue de plena actualidad, “cualquiera es un señor”. Con mucha frecuencia y sin importar rango ni sexo, alguien saca una espada para atravesar el corazón de hombres y mujeres que por medio de la perseverancia y el esfuerzo, han alcanzado nobles ideales.
La Palabra de Dios suministra el consejo de la sabiduría para nuestras conversaciones diarias como una especie de nutrición para nuestro estilo de vida, tomando en cuenta que mediante las palabras que pronunciamos y que además escribimos, cometemos ofensas y dañamos reputaciones.
Por eso, cada intervención que hagamos escrita o hablada, dejará una marca en aquellos que fueron tocados por nuestras intenciones; con sabor a vileza o de alguien estimable por su calidad moral, de ilustre linaje y valores familiares, que nos marcó para crecer y ser un mejor ser humano.
Dios está dispuesto a dirigir nuestros caminos, pero nosotros debemos estar receptivos a tomar su consejo y no cambiar su dirección. Considera detenidamente su designio.
Él dice “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios.” Proverbios 4:23-24.
Nuevas del bien y Comunicación Cristiana.
Pastor Antonio Regalado