La Iglesia Católica considera que ante la violencia intrafamiliar, cuya expresión, afirma, es la más dolorosa y desgarradora de los conflictos sociales, se hace urgente una campaña nacional de respeto a la vida.
Por:José Alfredo Espinal |
Asimismo, cree que como amplios sectores se han unido para luchar contra el cólera, también se debe unirse para terminar con otra enfermedad más peligrosa y cruel como es la violencia intrafamiliar.
Entiende que hay que multiplicar los mensajes que fomente una cultura de paz comenzando desde el hogar, así como fomentar el diálogo como la forma más idónea de resolver las desavenencias.
A través del editorial del semanario Camino, con el título “Un triste final”, la Iglesia Católica afirma que violencia intrafamiliar crea más pesar porque ocurre en un espacio que debería estar marcado por el respeto, la comprensión, el diálogo y el amor.
“Produce más indignación y sorpresa en la sociedad porque quien agrede, maltrata y mata no es un extraño, es la persona conocida, la que comparte un mismo lecho y la que está llamada a proteger y crear un clima de armonía y de igualdad, propiciando unas relaciones cordiales”, señala.
Sostiene que el trauma que deja esta violencia marca a los que la sufren para toda la vida, dejando huellas de rencor, miedo, resentimientos, inseguridad y temores trayendo como resultado una baja autoestima en la persona.
Además, en muchos casos los que la sufren luego reproducen esta conducta violenta.
“Las heridas sicológicas que marcan a las familias victimas de estos hechos no cicatrizan”, agrega el semanario Camino.
Dijo que el dolor provocado por la violencia intrafamiliar es tan grande que trastorna la personalidad de quienes la sufren siendo los más perjudicados los niños y niñas que jamás entenderán el drama de ver a sus progenitores perecer a destiempo y mucho menos comprender como en una pareja que debería ser modelo de comprensión termina su existencia de forma trágica.
“Por eso nos preocupa tanto ver el balance de fin de año que nos presenta 150 mujeres asesinadas por sus esposos, y compañeros. Hay países que triplican nuestra población y los feminicidios no alcanzan esta cifra”, manifestó.
La iglesia entiende que la erradicación del machismo que alimenta actitudes contra la vida tiene que ser una prioridad nacional.
Educar para el respeto mutuo es una necesidad. Desterrar por siempre la expresión de que la mató porque la amaba. Esto es un absurdo.
“El que ama no mata”
“Esperamos que este tiempo de adviento nos lleve a limpiar nuestro interior y así preparar el pesebre donde nazca el Niño Jesús, Salvador del género humano. Un corazón nuevo latirá por una sociedad sana”.
Confía que el mensaje del Niño-Dios permita construir una sociedad dominicana más fraterna, en donde el crimen sea un recuerdo triste del pasado, donde la paz reine en este noble pueblo.