TRES PATINES |
“En resumen, La Tremenda Corte es el más claro ejemplo de que el buen humor no hace referencia al tiempo.
Solo basta darle un nuevo vistazo al programa para darse cuenta de su actual vigencia. La Tremenda Corte incluso sobrepasa en mucho las tendencias "modernas" de la comedia, que a veces carecen de creatividad y utilizan como recurso el morbo, y las malas palabras como un fácil recurso”. (Tomado de la biografía de La Tremenda Corte, Wikipedia).
Nada más cierto. Así, sin un solo doble sentido, sin un tono de vulgaridad, mucho menos una mala palabra, La Tremenda Corte debe ser la serie radial de más larga duración en transmisión en todo el mundo.
El éxito de la misma se debe, desde nuestra óptica, a dos factores principales: Leopoldo Fernández (Tres Patines) y el libreto (Cástor Vispo, creador de la serie). Claro, sin quitar méritos a la participacións destacada de Ánibal de Mar (El Señor Juez), a la gracia de Adolfo Otero (Rudencindo Caldeiro y Escobiña), a la calidad actoral de Mimí Cal (Luz María Nanina), así como la peculiar voz de Miguel Ángel Herrera (el Secretario joven). Sencillamente, todo se conjugaba para que la calidad estuviera siempre presente.
La serie inició en 1942 y estuvo en el aire 19 años de manera ininterrumpida. Quizás no tuvo más larga vida por los cambios políticos que ocurrieron en la isla.
Sin dudas que Tres Patines fue la columna vertebral de La Tremenda Corte. Su naturalidad, su gracia, su aspecto físico sin grandes recursos (vestimenta, maquillaje, etc.), lo convierten en una figura trascendental. (Esto demuestra que para hacer un buen personaje no hay que exagerar el vestuario ni otros recursos).
Consideramos que Chespirito tomó algunos elementos de Tres Patines, sobre todo eso de jugar con las palabras, de equivocarse y de decir una cosa por otra, recurso muy utilizado tanto por El Chavo del 8 como por el Chapulín Colorado y casi todos los personajes de Chespirito.
Cantinflas también utilizaba esta técnica, es decir, recurría a una serie de palabras generalmente bien pronunciadas, las cuales armaba en un menjunje, queriendo decir muchas cosas y al final no decía nada. Los Leopoldo Fernández no nacen todos los días.
En cuanto al libreto Cástor Vispo, a pesar de ser español, supo adaptarse a la idiosincrasia del cubano, a su cultura y vivencias, para de esta forma crear un programa basado en aspectos triviales, con personajes populares. El que engaña, el que miente, el estafador, el que “truquea”, el bandido de baja estirpe, el tramposo que casi nunca tiene que recurrir a la violencia para vivir del más pendejo, todo eso era Tres Patines.
Claro, era un libreto depurado, que demostraba la preparación de quienes escribían, así como de quienes actuaban. La capacidad para rimar, las referencias históricas, los temas a los que echaban mano, y las excelentes caracterizaciones, demostraban que había mucha preparación.
Ni hablar de algo que muchos comediantes y humoristas de hoy día no utilizan: la capacidad actoral. Ésta era visible en todos los integrantes de la serie radial.
Otro elemento a descatar del humor de La Tremenda Corte, es que parece adaptado a nuestros tiempos, y es a lo que hace referencia la cita del comienzo de este artículo. Es como Tartufo de Moliere, cualquiera dudaría que fue escrito en 1602.
La Tremenda Corte se sigue escuchando en muchos países de Latinoamerica, aunque se trate de la repetición de los capítulos que hemos disfrutado por más de 30 años. En oficinas, en vehículos (algunos de lujo), en tiendas, en la calle, la serie es sintonizada, a pesar de haber pasado 69 años y de haber fallecido todos sus protagonistas, hace ya muchos años.
Pero lo que más nos llama la atención y fue esto lo que nos motivó a tratar el tema, es la gran cantidad de jóvenes oyentes que tiene la Tremenda Corte, muchos de los cuales no pasan de los 25 años. ¿Qué implica que tanto tiempo después la juventud siga esta serie?
La respuesta se la dejamos a cada uno de ustedes. Mientras tanto, nosotros situamos a Tres Patines, a Cantinflas y a Chespirito, como los más grandes cómicos que ha dado América Latina, y en cuanto a su capacidad para hacer reír, los tres se pueden colocar al lado de otros grandes, como Buster Keaton, Charles Chaplin, Benny Hill, Jerry Louis, Mel Brooks, Bob Hope, etc. Claro, guardando la distancia entre culturas, idiomas y el tipo de humor que realizaban o realizan unos y otros.