SOUTH WILLIAMSPORT, Pensilvania, EE.UU. (AP) — El boxscore que muestra que Danny Almonte lanzó un juego perfecto en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas está en una carpeta en una oficina en South Williamsport.
Si no fuera por esa evidencia, sería como si ese juego de 2001 nunca hubiera ocurrido. Eso es prácticamente lo que se dictaminó una vez que quedó demostrado que Almonte tenía 14 años y era demasiado grande para jugar en las Pequeñas Ligas.
Una década más tarde, las repercusiones del escándalo aún se sienten en las Pequeñas Ligas, donde las actas de nacimiento son tan cuidadosamente escrutadas como las bolas y los strikes.
Almonte hoy vive en Nueva York, donde juega en una liga de aficionados y trabaja en un restaurante, dijo su antiguo manager de la escuela secundaria. El grupo de niños de Pensilvania a los que venció se han graduado de la universidad e iniciaron sus carreras.
La 65ta Serie Mundial de Pequeñas Ligas comienza el jueves en el Estadio Lamade, en South Williamsport, una sede pintoresca para un certamen cuyos organizadores resaltan la caballerosidad y el juego limpio. Pero con las cámaras de ESPN siguiendo cada jugada, una actuación dominante puede convertir a un participante en una celebridad.
Así sucedió con el dominicano Almonte, que ayudó a llevar a su equipo de Nueva York a la Serie Mundial en 2001. El zurdo con una recta veloz y un slider de 70 millas por hora (112 kph) lanzó un juego perfecto y ponchó a 16 en una blanqueada de 5-0 contra el equipo de Apopka, Florida, en la final estadounidense.
Pero el drama apenas comenzaba.
Días más tarde, las Pequeñas Ligas dijeron que Almonte estaba siendo investigado luego que un periodista de la revista Sports Illustrated le mostró a los directivos documentos que indicaban que Almonte había nacido en 1987 en la República Dominicana, por lo que tenía 14 años. Su equipo tenía un documento que decía que Almonte había nacido dos años más tarde.
La pesquisa atrajo atención internacional e incluso el gobierno de George W. Bush le pidió a su par dominicano que investigase. Expertos en documentos determinaron que los papeles del equipo eran falsos y que Almonte tenía 14 años. El fundador de la escuadra, Rolando Paulino, y el padre de Almonte fueron expulsados de por vida de las Pequeñas Ligas. La liga descalificó al equipo y a Almonte.
"Espero que le vaya bien, realmente lo espero. Siempre sentí que él fue tan víctima como cualquiera", dijo el presidente de las Pequeñas Ligas Stephen Keener en su oficina, junto al terreno donde Almonte lanzó su juego perfecto.
"El es el que tiene que lidiar con quienes le dicen: 'Oh, tú eres Danny Almonte", agregó. "Es un poco injusto para él".
Almonte, que tiene ahora 24 años, fue un lanzador estrella en la escuela secundaria James Monroe, en El Bronx, una institución poderosa en el béisbol de Nueva York. El manager de Monroe, Mike Turo, dijo que Almonte fue uno de los mejores jugadores que dirigió en más de tres décadas.
"Cuando él estaba en la lomita, yo sabía que íbamos a ganar", dijo Turo.
Sin embargo, Almonte decepcionó en su única actuación profesional, al acumular en 2007 una foja de 0-1 y una efectividad de 5.28 en seis aperturas con los Mineros del Sur de Illinois, de la independiente Liga Frontier. En 2009, se destacó en la universidad Western Oklahoma State, pero no fue escogido en el draft de Grandes Ligas.
Los intentos de contactar a Almonte para este artículo por medio de Turo fueron infructuosos.
Almonte se casó con una mujer de 30 años cuando él estaba en la secundaria y el año pasado el diario New York Post dijo que se separaron.
Turo presume que las noticias extradeportivas pueden haber frenado el interés de los equipos de las mayores.
"El tenía mucho talento", dijo. "Era uno de los jugadores más inteligentes que dirigí en mi vida... Realmente no tuvo su oportunidad".
Desde 2002, los equipos de Pequeñas Ligas necesitan presentar copias de las actas de nacimiento de los jugadores, además de tres documentos que certifiquen su residencia. Los dirigentes de las ligas locales firman una declaración jurada en que aseguran haber visto el acta de nacimiento o un documento equivalente. Si los equipos pasan de fase, todos los papeles se vuelven a revisar.
Almonte, por su parte, juega sólo en una liga de adultos en Nueva York.
"Sé que lanza un poco", dijo Turo. "Pero lo hace básicamente para divertirse".
Si no fuera por esa evidencia, sería como si ese juego de 2001 nunca hubiera ocurrido. Eso es prácticamente lo que se dictaminó una vez que quedó demostrado que Almonte tenía 14 años y era demasiado grande para jugar en las Pequeñas Ligas.
Una década más tarde, las repercusiones del escándalo aún se sienten en las Pequeñas Ligas, donde las actas de nacimiento son tan cuidadosamente escrutadas como las bolas y los strikes.
Almonte hoy vive en Nueva York, donde juega en una liga de aficionados y trabaja en un restaurante, dijo su antiguo manager de la escuela secundaria. El grupo de niños de Pensilvania a los que venció se han graduado de la universidad e iniciaron sus carreras.
La 65ta Serie Mundial de Pequeñas Ligas comienza el jueves en el Estadio Lamade, en South Williamsport, una sede pintoresca para un certamen cuyos organizadores resaltan la caballerosidad y el juego limpio. Pero con las cámaras de ESPN siguiendo cada jugada, una actuación dominante puede convertir a un participante en una celebridad.
Así sucedió con el dominicano Almonte, que ayudó a llevar a su equipo de Nueva York a la Serie Mundial en 2001. El zurdo con una recta veloz y un slider de 70 millas por hora (112 kph) lanzó un juego perfecto y ponchó a 16 en una blanqueada de 5-0 contra el equipo de Apopka, Florida, en la final estadounidense.
Pero el drama apenas comenzaba.
Días más tarde, las Pequeñas Ligas dijeron que Almonte estaba siendo investigado luego que un periodista de la revista Sports Illustrated le mostró a los directivos documentos que indicaban que Almonte había nacido en 1987 en la República Dominicana, por lo que tenía 14 años. Su equipo tenía un documento que decía que Almonte había nacido dos años más tarde.
La pesquisa atrajo atención internacional e incluso el gobierno de George W. Bush le pidió a su par dominicano que investigase. Expertos en documentos determinaron que los papeles del equipo eran falsos y que Almonte tenía 14 años. El fundador de la escuadra, Rolando Paulino, y el padre de Almonte fueron expulsados de por vida de las Pequeñas Ligas. La liga descalificó al equipo y a Almonte.
"Espero que le vaya bien, realmente lo espero. Siempre sentí que él fue tan víctima como cualquiera", dijo el presidente de las Pequeñas Ligas Stephen Keener en su oficina, junto al terreno donde Almonte lanzó su juego perfecto.
"El es el que tiene que lidiar con quienes le dicen: 'Oh, tú eres Danny Almonte", agregó. "Es un poco injusto para él".
Almonte, que tiene ahora 24 años, fue un lanzador estrella en la escuela secundaria James Monroe, en El Bronx, una institución poderosa en el béisbol de Nueva York. El manager de Monroe, Mike Turo, dijo que Almonte fue uno de los mejores jugadores que dirigió en más de tres décadas.
"Cuando él estaba en la lomita, yo sabía que íbamos a ganar", dijo Turo.
Sin embargo, Almonte decepcionó en su única actuación profesional, al acumular en 2007 una foja de 0-1 y una efectividad de 5.28 en seis aperturas con los Mineros del Sur de Illinois, de la independiente Liga Frontier. En 2009, se destacó en la universidad Western Oklahoma State, pero no fue escogido en el draft de Grandes Ligas.
Los intentos de contactar a Almonte para este artículo por medio de Turo fueron infructuosos.
Almonte se casó con una mujer de 30 años cuando él estaba en la secundaria y el año pasado el diario New York Post dijo que se separaron.
Turo presume que las noticias extradeportivas pueden haber frenado el interés de los equipos de las mayores.
"El tenía mucho talento", dijo. "Era uno de los jugadores más inteligentes que dirigí en mi vida... Realmente no tuvo su oportunidad".
Desde 2002, los equipos de Pequeñas Ligas necesitan presentar copias de las actas de nacimiento de los jugadores, además de tres documentos que certifiquen su residencia. Los dirigentes de las ligas locales firman una declaración jurada en que aseguran haber visto el acta de nacimiento o un documento equivalente. Si los equipos pasan de fase, todos los papeles se vuelven a revisar.
Almonte, por su parte, juega sólo en una liga de adultos en Nueva York.
"Sé que lanza un poco", dijo Turo. "Pero lo hace básicamente para divertirse".