¿Mal jefe o jefe malo?

 ¿Cuánto vale su serenidad mental, su equilibrio emocional y su paz interior? ¿Está dispuesto a tolerar actitudes negativas de su jefe que afectan el disfrute de su trabajo? En ocasiones, una sola persona influye negativamente el ambiente laboral, siendo un mal jefe o un jefe malo.

"Es negligente, impuntual, olvida los compromisos, no predica con el ejemplo, improvisa las tareas y evidencia limitaciones técnicas", dicen los dirigidos por un "mal jefe". 

Y agregan: "Estamos saturados, no hay balance entre sus requerimientos y el tiempo o recursos disponibles. No tenemos una visión de hacia dónde vamos y ni siquiera nos reconoce los logros; la verdad es que trabajamos aquí por conveniencia pero sin ninguna pasión, aunque esto es algo soportable".

No obstante, las personas dirigidas por un "jefe malo" no se sentirían tan desmotivadas al convivir en un ambiente como el descrito, pues su situación es peor. 

Su jefe les menosprecia, no les trata con el más mínimo respeto, les ridiculiza en público, jamás tiene tiempo para escucharles ni brindarles atención alguna.
Su retroalimentación siempre es negativa, ofensiva y denigra el buen nombre de otras personas.

Eso sí, hacia arriba, hacia sus gerentes, se presenta como quien logra las metas ("a costa nuestra", dicen sus colaboradores) y ante el fracaso miente sobre las razones e inculpa a su equipo.

 En muchas organizaciones observamos mujeres y hombres realizando una labor espectacular como líderes. Diríamos que son la mayoría. Luego hay un porcentaje menor que padece limitaciones que les inducen a ser "malos o malas jefes" pero sin intención de dañar a los demás.

Lamentablemente, también hay otros que parecieran esmerarse en afectar la dignidad y el honor de los demás con manipulaciones, tergiversaciones y de carencia de sanos principios.

El "mal jefe" podría hacer un alto y solicitar, con humildad, el consejo de su equipo para mejorar; y a los miembros de éste también les convendría ser proactivos y dialogar asertivamente con su jefe.

Pero quienes estén bajo la dirección de un "jefe malo", que ni siquiera reconoce sus errores, podrían cuestionarse si vale la pena soportar por más tiempo una situación que en nada contribuye a su realización personal. 

A lo mejor ha llegado el momento de reinventarse, replantear su futuro, crecer pensar en un destino superior para sus talentos y en una protección más sólida a su dignidad, orgullo y paz interior.

 Los "malos" tienen la tarea de procesar, algún día, las razones para ser así y rectificar; pero sus dirigidos tienen la responsabilidad de velar por sí mismos y sus familias.

Y esto implica tomar decisiones sustentadas en valores, autoestima y anhelo de calidad de vida integral.


Por :German Retana
chikasurbanas.net