Mayoría de adolescentes ven embarazo como algo positivo

EN ALGUNOS CASOS ES UNA FUENTE DE CONTROL O PARA "AMARRAR" AL PROVEEDOR
La mayoría de las adolescentes embarazadas o que han tenido hijos en esa edad no perciben ese hecho como una experiencia negativa ni de frustración personal, sino que muchas de ellas confiesan haber buscado el embarazo intencionalmente, debido a que tienen una unión estable o atendiendo a la idea del amor romántico.

Así se establece en el estudio “Embarazo en Adolescentes: ¿Una Realidad en Transición?” puesto a circular anoche por Profamilia y el Centro Nacional de Investigaciones en Salud Materna Infantil (Cenismi) con el auspicio de organismos internacionales. 

El estudio de carácter observacional, descriptivo y transversal incluyó la realización de grupos focales con adolescentes de Batey 1 en Barahona, Sabana Perdida y Los Tres Brazos en Santo Domingo, proveedores de salud a nivel nacional, tomadores de decisiones, instituciones que laboran con población de adolescentes, líderes comunitarios y educadores.

De acuerdo a la investigación, en algunos casos el embarazo en adolescentes es utilizado como una fuente de poder y control social de la pareja, tanto en mujeres como en varones; en otros casos como un medio de sobrevivencia para “amarrar” a su proveedor, así como el acceso de la joven a una posición de poder en el contexto comunitario y familiar debido al trato privilegiado dado a las mujeres embarazadas.

Señala que eso ocurre a pesar de que la concepción del embarazo en adolescentes como un problema social y su definición como un “fracaso” salen a relucir de manera reiterada en el discurso de los tomadores de decisiones, proveedores de servicios de salud y representantes de instituciones que trabajan con esa problemática en el país.

Destaca que en el discurso de progenitores y tutores de adolescentes se infiere que el embarazo que ocurre en una unión establecida, independientemente de la edad de la madre, no se considera a “destiempo” por la comunidad, contrario a lo que ocurre cuando se trata de una muchacha que no tiene una pareja estable, ya que pasa a ser visto como un problema social.

Indica que aunque el discurso “institucionalizado” usado por tomadores de decisiones, con frecuencia asume el embarazo en adolescentes como un accidente o un producto no deseado que crea en la muchacha una reacción de malestar y frustración, el mismo difiere de lo expresado por las adolescentes embarazadas que fueron entrevistadas durante el estudio.

 Precisa que otro hecho que se contrapone con el “discurso institucionalizado” es que para la mayoría de las adolescentes embarazadas su estado no resulta en sentimientos negativos ni frustración personal.

El estudio abarcó además un análisis complejo y sistemático de la información disponible sobre los factores que inciden en el embarazo en adolescentes y su impacto en la calidad de vida de esa población, a partir de resaltados estudios previos realizados en el país.

Por:Doris Pantaleón
Listindiario
Santo Domingo