Creo que en el caso de Yaqui Núñez del Risco, se rompió el esquema de que las figuras impactantes se repiten en cada generación o lo que es lo mismo que esos fenómenos se dan cada 25 años. Digo esto, porque todavía no vemos a nadie con las condiciones de este hombre, que se perfile y advierta las condiciones extraordinarias que demostró en cada una de las facetas en las que se desenvolvió.
Pasarán muchos, pero muchos años más sin que veamos a otro dominicano con el don de lo polifacético que conservó este hombre hasta el último minuto de su fructífera carrera de vida.
Yaqui Núñez del Risco, como todos sabemos, se encuentra desde hace algunos años enclaustrado en su hogar, muy enfermo, sin condiciones motoras normales como para seguir transmitiéndole al mundo y aportando con su sabiduría a los que le admiramos.
Fue este hombre tribuna artística de los “viejos” en el ambiente del arte, de los menos viejos y de los nuevos. Soporte acerado de aquellos que venían a él para que le echara una manita, sin importar de donde procedían, quién era, el color o la raza.
Sólo se necesitaba contar con talento y ya. Sin ser el dueño, se “agenció” con su destacadísima actuación, el poder del tradicional programa de televisión “El show del mediodía”, aún en el aire en Color Visión. Allí se hacía lo que decidiera, porque veía como suyo los proyectos y a sus prospectos.
Comunicador de los buenos, presentador de televisión, escritor, poeta, maestro de ceremonias, publicista, autor de letras, compositor, ginglero, repentista, y un gran ser humano. Hombre de análisis de imagen, comunicación y filosofo de frases célebres como “Tú eres el mensaje, todo habla”.
Incursionó en la comunicación hablada y escrita, en ambas y en todas las facetas de su vida, siempre mostró actitud abierta a la enseñanza, como un deber y como un hobby particular. En realidad le apasionaba la enseñanza, mostró inquietud por mostrar, aprender, comprender, a enseñarlo todo.