Las fracasadas Giras están acabando con los centros nocturnos de New York.


Los dueños de centros nocturnos de la gran Manzana están con el grito al cielo por los abusivos precios y la poca convocatoria de la mayoría de los artistas que se encuentran desde hace varias semanas de giras en esta importante  urbe.
Ya lo habíamos pronosticado hace unos meses, que el mal manejo por parte de quienes tienen que ver con la proyección publicitaria de la mayoría de los artistas que nos visitan desde RD, los estarían encaminando a  provocar la pérdida del interés por parte del público.
Unos con un éxito ya agotado, otros sin nada nuevo que ofrecer y  con la errónea convicción de que con tan solo presentarse en los pocos programas que tienen incidencia desde el país, estarían asegurando buen nivel de convocatoria, sin invertir en  videos, y sin estar pautado en ninguna radio local.
Nos encontramos con grupos que su precio real promedia entre los 3 mil a 5 mil dólares, de repente  pegan un tema y comienzan a cotizarse entre  los 9 mil a 16 mil, y lógicamente a veces ni sus primeras tres presentaciones logran cubrir los costos del club.
Se les suma que actualmente en la ciudad de “New York” tenemos más “Clubes, Lounge, chinchorros, etc.” que bodegas y para colmo como los colmados de barrios pobres están uno próximo al otro, con un diámetro de distancia tan cercano que los obliga a diputarse el mismo público, pero además estos sabelotodo de promotores y manager se los venden en fechas continuas y los tontos de nuestros  empresarios terminan comprándolos a sobre precio, para luego de caer en el gancho comenzar a llorar por las grandes pérdidas.
Llegan al JFK con un aparataje publicitario que dan la impresión de ser la última soda en el desierto, pero terminan retirándose como ladrón en la noche, cargando a su paso con las ventas que generan las bebidas, luego de fracasar en las puertas. Aunque me acusan injustamente de implacable, en esta oportunidad de regalo de navidad omitiré los nombres de esos artistas.

 (SoyLatino.net).
Por: Agustín de la Cruz