Cuando nos disponemos a adorar a Dios debemos estar
dispuestos a nombrar sucesiva y ordenamente todo lo que el Señor ha
hecho por nosotros para poder tener agradecimiento y acción de gracia
hacia El.
Adoración es
el acto por medio del cual se le rinde honra al Altísimo por lo que Él
es en si mismo, y de lo que Él y representa para aquellos que se la
dan.
No es un negocio, no es una pose, no es
simulación, no es búsqueda de fama y dinero. Los profetas cuando
construian altares para adorar a Dios, no cobraban entradas, el dulce
cantor de Israel David adoró a Dios con toda su alma, su espíritu, y con
todo su ser sin hacer transacciones
financieras como es la costumbre de muchos en estos tiempos, fue un
genuino adorador, de igual forma tambien Moisés, Elias, Jacob, entre
otros.
Y, otra cosa, tampoco estaban
identificados con las cosas del mundo, dice la Palabra de Dios que el
que se hace amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. Muchos de
ellos murieron a filo de espada, por ser adoradores que con su estilo
de vida mostraban la honra debida al Señor.
La
gran mayoría de personas que escuchamos cantando himnos y alabanzas al
Señor no son adoradores, son artístas mercaderes pretendiendo hacer de
la Palabra de Dios un mercado abominable para fabricar fortunas y
hacerse millonarios mediante esa práctica engañosa, no servidores
genuinos del reino de Dios y su justicia, el pueblo de Dios debe
despertar en cuanto a eso.
Hay un refrán que dice: "Las apariencias engañan, el
zorro pierde el pelo pero nunca las mañas".
Es
aplicable para gente que anda vendiendo una falsa imagen viniendo al
pueblo de Dios con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces.
Un
verdadero adorador levanta su voz de gratitud en oración, adoración y
alabanza para agradecer a Dios por todas las cosas en todo tiempo sin
importar su situación. David es un testimonio de lo que afirmamos,
estando él en persecución y angustia exaltó al Señor así:
1 Bendice, alma mía, al SEÑOR,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, al SEÑOR,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades;
4 el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
5 el que colma de bienes tus años,
para que tu juventud se renueve como el águila.
6 El SEÑOR hace justicia,
y juicios a favor de todos los oprimidos.
7 A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
8 Compasivo y clemente es el SEÑOR,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá con nosotros para siempre,
ni para siempre guardará su enojo .
10 No nos ha tratado según nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra,
así es de grande su misericordia para los que le temen.
12 Como está de lejos el oriente del occidente,
así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el SEÑOR de los que le temen.
14 Porque El sabe de qué estamos hechos,
se acuerda de que somos sólo polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
19 El SEÑOR ha establecido su trono en los cielos,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid al SEÑOR, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al SEÑOR, vosotros todos sus ejércitos,
que le servís haciendo su voluntad.
22 Bendecid al SEÑOR, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su dominio.
Bendice, alma mía, al SEÑOR. {Salmo 103.}
el que sana todas tus enfermedades;
4 el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
5 el que colma de bienes tus años,
para que tu juventud se renueve como el águila.
6 El SEÑOR hace justicia,
y juicios a favor de todos los oprimidos.
7 A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
8 Compasivo y clemente es el SEÑOR,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá con nosotros para siempre,
ni para siempre guardará su enojo .
10 No nos ha tratado según nuestros pecados,
ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra,
así es de grande su misericordia para los que le temen.
12 Como está de lejos el oriente del occidente,
así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el SEÑOR de los que le temen.
14 Porque El sabe de qué estamos hechos,
se acuerda de que somos sólo polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
19 El SEÑOR ha establecido su trono en los cielos,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid al SEÑOR, vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato,
obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al SEÑOR, vosotros todos sus ejércitos,
que le servís haciendo su voluntad.
22 Bendecid al SEÑOR, vosotras todas sus obras,
en todos los lugares de su dominio.
Bendice, alma mía, al SEÑOR. {Salmo 103.}
El énfasis de David gira alrededor del fiel amor de Dios y su misericordia, no a ninguna otra motivación. Que esta reflexión en este día colme de bendiciones tu vida, y la de toda tu familia en el nombre de Jesús. Amén
Pastor Antonio Regalado
Congregación Maranatha,
Inc.
15 South Main Street
Uxbridge, MA 01569