El “alto concepto” de promiscuidad y de chabacanería de
muchos hombres de la radio o animadores, es muy probable (y
casi seguro) que esté dañando a muchos radioescuchas, sobre
todo de aquellos de mentes permeables y débiles.
El “alto concepto” de promiscuidad y de chabacanería de muchos hombres
de la radio o animadores, es muy probable (y casi seguro) que esté
dañando a muchos radioescuchas, sobre todo de aquellos de mentes
permeables y débiles.
La
Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, y la sociedad
dominicana de estos tiempos (ambas instituciones, la primera
gubernamental y la segunda de la fami-lia misma), tendrán que revisar
profundamente lo que se deja escuchar en algunas radioemisoras.
Hace unos meses escribí sobre el particular, pero considero que hay que seguir con el tema. Así lo ve mucha gente, sobre todo aquellos que observamos que en algunas estaciones de radio, sus dueños, directores y musicalizadores se han pasado de la raya colocando música con contenidos prosaicos. Su actitud social los ha llevado hasta la irresponsabilidad.
El “alto concepto” de promiscuidad y de chabacanería de muchos hombres de la radio o animadores, es muy probable (y casi seguro) que esté dañando a muchos radioescuchas, sobre todo de aquellos de mentes permeables y débiles. No hay respeto al oyente.
Y hay que ver amigos, la incidencia que tiene un grupo de raperos y reguetoneros en esos medios que, no advertimos porque no hay asiduidad en la conexión con ellos. Al igual que esos “hombres de la radio”, a la moral y las buenas costumbres la tienen pisoteadas. ¡Como que nada les importa, y ya! Sobre los que los siguen con palabras fuera de tono, y groserías.
Considero que la culpa es de los organismos de regulación de la programación radial y del contenido de los temas musicales que deberían justificar su existencia, precisamente con la norma-lización y evaluación de esos medios o espacios masivos que lesionan y distorsionan el pensamiento, el comportamiento de nuestra juventud y de la gente en sentido general.
La Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, que tiene como presidente al amigo JM Hidalgo, un hombre de muy buenas intenciones, y sus enlaces oficiales en los gobernadores provinciales, en consenso con ciudadanos probos deben ponerle el “freno” a esta gente y llamar la atención a una gran cantidad de radiodifusores que no aportan nada a nadie para tener un país sano. Nada para encaminar a sus miles de oyentes a las buenas costumbres.
Cuando me sale uno de esos personajes de la radio irrespetuosos, hago como todos los que le escuchan debieran hacer, cambiar el dial. Y jamás, ni nunca, volver a sintonizarlos, porque eso se ganan por morbosos y vulgares.
Hace unos meses escribí sobre el particular, pero considero que hay que seguir con el tema. Así lo ve mucha gente, sobre todo aquellos que observamos que en algunas estaciones de radio, sus dueños, directores y musicalizadores se han pasado de la raya colocando música con contenidos prosaicos. Su actitud social los ha llevado hasta la irresponsabilidad.
El “alto concepto” de promiscuidad y de chabacanería de muchos hombres de la radio o animadores, es muy probable (y casi seguro) que esté dañando a muchos radioescuchas, sobre todo de aquellos de mentes permeables y débiles. No hay respeto al oyente.
Y hay que ver amigos, la incidencia que tiene un grupo de raperos y reguetoneros en esos medios que, no advertimos porque no hay asiduidad en la conexión con ellos. Al igual que esos “hombres de la radio”, a la moral y las buenas costumbres la tienen pisoteadas. ¡Como que nada les importa, y ya! Sobre los que los siguen con palabras fuera de tono, y groserías.
Considero que la culpa es de los organismos de regulación de la programación radial y del contenido de los temas musicales que deberían justificar su existencia, precisamente con la norma-lización y evaluación de esos medios o espacios masivos que lesionan y distorsionan el pensamiento, el comportamiento de nuestra juventud y de la gente en sentido general.
La Comisión de Espectáculos Públicos y Radiofonía, que tiene como presidente al amigo JM Hidalgo, un hombre de muy buenas intenciones, y sus enlaces oficiales en los gobernadores provinciales, en consenso con ciudadanos probos deben ponerle el “freno” a esta gente y llamar la atención a una gran cantidad de radiodifusores que no aportan nada a nadie para tener un país sano. Nada para encaminar a sus miles de oyentes a las buenas costumbres.
Cuando me sale uno de esos personajes de la radio irrespetuosos, hago como todos los que le escuchan debieran hacer, cambiar el dial. Y jamás, ni nunca, volver a sintonizarlos, porque eso se ganan por morbosos y vulgares.