Por:Dolores Monsanto
La mayoría de los artistas dominicanos no ha comprendido que
cuando se hace un tema musical ya no se realiza solamente para un país o
para una región, sino para el mundo, pues ya no existen las fronteras ni límites para la música que existía en los 80.
En el 2011 el éxito mundial perteneció a un brasileño con “Au si te pego”; en
el 2012 pertenece a un coreano con “Gagnam Style”, el del 2013 puede pertenecer a un dominicano, pero cómo lograrlo?
Temas como el “Teke Teke” y “Watagatapitusberry”
tienen el mismo potencial para tener el mismo éxito
mundial de “Gagnam Style”, pero por qué no lo han tenido?. Sencillo. Muchos
artistas dominicanos producen temas mundiales pero su manejo se queda
muy corto.
Una imagen chabacana, videoclips de pésima calidad creativa y
estética, entre otras.
Un ejemplo que avala mi teoría es que Shakira utilizó recientemente 3
temas salidos de barrios dominicanos y los tres fueron éxitos mundiales.
El merengue no ha muerto, simplemente se quedó
estancado en
la década de los 80. Sus colores caducaron hacen 20 años y sus
exponentes se
resisten a evolucionarlo, como lo ha hecho la salsa, el vallenato, el
tex mex, entre otros ritmos folks.
El diseño de como luce una agrupación
merenguera en escena debe ser revisado. Por qué conformarnos con tocar un
centenar de fiestas durante un año en suelo dominicano?. Hay que ir más
allá.
El videoclip no ha evolucionado, se acabaron las ideas. Los
directores dominicanos que se dedican al videoclip también están atrapados, pero
en los 90, con performances melodramáticos
y gastados. Si te fijas, el video de “Gagnam Style” trabaja a la
perfección la coreografía, los colores, el teatro, la moda, todo es un conjunto
que complementan el hit mundial.
Y no es que me refiera a que todo lo que se
realiza debe ser popular, pues el videoclip “Its Watever” de la dominicana
Karina Pasián es un video de bajo presupuesto realizado en un solo plano secuencia y que puede competir con cualquiera
de los de Michel Gondry.
Las disqueras, el público y demás están interesados en
artistas globales no importa el ritmo. Un ejemplo es Romeo y la bachata, si escuchas con detenimiento sus canciones te
das cuenta de todo el trabajo que hay en la composición con bases de flamenco,
R&B y otros ritmos. Cada canción tiene punto de giro, climax y otros
elementos que la hacen interesante para repetirlas una y otra vez.
La música dominicana no ha muerto, pero cada día debe volver
a nacer.