CARACAS, 24 Ene 2013 (AFP) - Decenas de miles de chavistas marcharon este miércoles en Caracas para conmemorar el 55º aniversario del fin de la última dictadura en Venezuela, mientras el vicepresidente Nicolás Maduro, que anunció un nuevo viaje a Cuba para visitar al convaleciente Hugo Chávez, amenazó con "mano dura" ante una supuesta conspiración contra su gobierno.
En medio de tensiones crecientes entre gobierno y oposición por la ausencia del presidente Chávez, enfermo de cáncer y hospitalizado en Cuba desde hace mes y medio, Maduro denunció supuestos planes para atentar contra él y contra el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Para evitar confrontaciones, la oposición se limitó a realizar un pequeño mitín en un estadio cerrado, tras cancelar una marcha que habían convocado sus legisladores para protestar por una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que mantuvo en funciones al gobierno de Chávez a pesar de que éste no pudo jurar su tercer mandato el 10 de enero.
"Tenemos ya algunas semanas haciendo seguimiento a grupos que se han infiltrado en el país y tienen el objetivo de atentar contra la vida del compañero Diosdado Cabello y contra mi vida", denunció Maduro en la gigantesca concentración con la cual el chavismo cerró sus marchas de este miércoles.
El vicepresidente, designado por Chávez como su heredero político en caso de que éste no pudiese asumir su nuevo mandato presidencial y hubiese que convocar a elecciones, aseguró que el gobierno responderá "con mano dura".
"El que se equivoque tiene que ir preso, el que viole la Constitución y la paz de este país tiene que ir preso (...) Mano dura contra la conspiración de la derecha", clamó.
Tras la denuncia, la Fiscalía inició una investigación de "los planes que se estarían fraguando" contra los dirigentes y las gestiones para "determinar, de ser el caso, las responsabilidades penales a las que haya lugar", indicó ese organismo.
A la vez, Maduro anunció que viajará este mismo miércoles a Cuba junto al ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, para acompañar a Chávez, quien se prepara para una nueva etapa de tratamiento luego de haber sufrido una insuficiencia respiratoria.
Esta será la tercera vez que el vicepresidente visita a Chávez en La Habana, desde su intervención quirúrgica del pasado 11 de diciembre.
La manifestación sirvió para que se multiplicaran los mensajes de apoyo y solidaridad a Chávez, bien con consignas, pancartas, camisetas, pendientes, máscaras con el rostro del mandatario y niños disfrazados con su uniforme militar.
"Y vivirá, y vivirá, el comandante vivirá", cantaban los manifestantes mientras marchaban.
Audrey Ramírez, empleada de la banca estatal ataviada con una gorra y una camiseta rojas, de 43 años, dijo a la AFP que "el objetivo (de la manifestación) es ratificar el compromiso del pueblo con el presidente Chávez para apoyarlo donde esté, como esté y para que se sepa en el mundo que esta semilla que él plantó sigue y seguirá como sea".
Los chavistas se concentraron en tres puntos del centro-oeste de la capital venezolana y marcharon junto con los ministros hasta la barriada 23 de Enero, donde se realizó el acto central con presencia de los principales dirigentes del gobierno.
Llegados de diferentes barrios de Caracas y de varias ciudades del país, decenas de miles de manifestantes colmaron las calles con banderas rojas, crucifijos y fotografías de Chávez y del prócer independentista Simón Bolívar, en una manifestación acompañada de canciones en homenaje a Chávez.
"Yo soy Chávez, tú también, se escucha en el mundo entero. Por supuesto, el presidente Chávez pronto va a regresar", decía uno de los estribillos.
Paralelamente, más de 3.000 opositores -según estimaciones de la AFP- convocados por la Mesa de la Unidad Democrática se concentraron al mediodía en un polideportivo del este de Caracas, en un acto político para reivindicar su alianza.
Su secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo, hizo un discurso en el cual elogió "el espíritu del 23 de enero", el movimiento cívico militar que puso fin a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, y llamó a fortalecer la unidad en los momentos actuales.
"Luchamos y lucharemos para restablecer la vigencia de la Constitución", aseguró el dirigente opositor, que calificó al actual gobierno de "régimen político de vocación autoritaria".
Ante la imposibilidad de Chávez de estar presente en Caracas para su asunción el 10 de enero, el Tribunal Supremo dictaminó que podrá jurar su cargo en una fecha posterior, aún por definir, y mantuvo a su gobierno en funciones por el principio de la continuidad administrativa.
Esa decisión, aunque acatada, ha sido duramente criticada por la oposición.
"El presidente insiste en la mentira de que está en pleno ejercicio de sus funciones y recurre a una sentencia que es una burla a la verdad y la Constitución", dijo Aveledo en su discurso de este miércoles.
Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda (norte) y quien perdió frente a Chávez las presidenciales del pasado 7 de octubre, reiteró este miércoles que la oposición no tiene "nada que sacar de la confrontación".
"No queremos un camino de confrontación o de violencia, sino un camino de paz", dijo Capriles a los periodistas, una vez concluido el acto.
Chávez, de 58 años, sufre un cáncer desde mediados de 2011 por el cual se ha sometido a cuatro cirugías y varias sesiones de quimioterapia y radioterapia.
Desde su última operación, el pasado 11 de diciembre en La Habana, no ha realizado ninguna aparición pública.