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Penitenciario de San Pedro de Macorís.Algo extraño se mueve en contra del intérprete urbano Manuel Varet Marte, más conocido como Vakeró, y la expresión más clara es la decisión de cortarle el pelo justo a su llegada a la cárcel del Nuevo Modelo
Vakeró interpuso un recurso judicial de amparo y estaba dispuesto a acudir ante el Tribunal Constitucional, pero la alcaldía del penal desconoció sus reclamos y le pelaron la cabeza de inmediato.
Resultó sospechosa la disposición de remitirle a la cárcel petromacorisana, donde exíste la norma de recortar el pelo de los internos, pero no menos suspicaz es que como medida de coerción se le dictaran tres meses de prisión preventiva.
Esto porque ese tiempo de privación de libertad fue dispuesto sin que existieran evidencias testimoniales ni físicas de que Vakeró realmente fue violento con su consorte Marta Heredia, y el pedido de la Fiscalía, acogido por la Justicia, se basó en la acusación de la cantante.
Inmediatamente iniciada la acción judicial por alegada violencia domestica contra Vakeró, Marta Heredia, quien es representada por un abogado muy caro, interpuso además una demanda en divorcio de quien ha sido su esposo y se espera que reclame compensaciones económicas.
Al mismo tiempo, se verifican aprestos de una campaña de imagen en favor de la vocalista, impulsada por un periodista que en los últimos años se ha especializado en ese tipo de comunicación.
Ese veterano periodista se ha concentrado en tratar de hacer potables ante el segmento de público medianamente exigente las películas más mediocres realizadas en los últimos años en la República Dominicana.
De regreso al tema del ensañamiento de autoridades contra Vakeró, no sería la primera vez que situaciones de ese tipo se producen en el país.
En tal sentido, el hecho de mayor trascendencia que recuerda la historia reciente dominicana, es la muerte del merenguero Tony Seval, allá por el 1985, acribilladlo en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas por un soldado raso.
Aunque no ha sido confirmado, el rumor popular indica que Seval fue apresado y recluido en el Destacamento Policial del sector Villa Francisca, sobre la base de los celos de un oficial superior enardecido por las relaciones del artista con su esposa o amante.
Por:Johnny Arrendel
Resultó sospechosa la disposición de remitirle a la cárcel petromacorisana, donde exíste la norma de recortar el pelo de los internos, pero no menos suspicaz es que como medida de coerción se le dictaran tres meses de prisión preventiva.
Esto porque ese tiempo de privación de libertad fue dispuesto sin que existieran evidencias testimoniales ni físicas de que Vakeró realmente fue violento con su consorte Marta Heredia, y el pedido de la Fiscalía, acogido por la Justicia, se basó en la acusación de la cantante.
Inmediatamente iniciada la acción judicial por alegada violencia domestica contra Vakeró, Marta Heredia, quien es representada por un abogado muy caro, interpuso además una demanda en divorcio de quien ha sido su esposo y se espera que reclame compensaciones económicas.
Al mismo tiempo, se verifican aprestos de una campaña de imagen en favor de la vocalista, impulsada por un periodista que en los últimos años se ha especializado en ese tipo de comunicación.
Ese veterano periodista se ha concentrado en tratar de hacer potables ante el segmento de público medianamente exigente las películas más mediocres realizadas en los últimos años en la República Dominicana.
De regreso al tema del ensañamiento de autoridades contra Vakeró, no sería la primera vez que situaciones de ese tipo se producen en el país.
En tal sentido, el hecho de mayor trascendencia que recuerda la historia reciente dominicana, es la muerte del merenguero Tony Seval, allá por el 1985, acribilladlo en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas por un soldado raso.
Aunque no ha sido confirmado, el rumor popular indica que Seval fue apresado y recluido en el Destacamento Policial del sector Villa Francisca, sobre la base de los celos de un oficial superior enardecido por las relaciones del artista con su esposa o amante.
Por:Johnny Arrendel
