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Parece que muchos programas de televisión y comunicadores no se han dado cuenta que el tiempo pasa y se están poniendo viejos.
No parece importarles la modernidad, los cambios propios del sistema y la iniciativa de ofrecer segmentos refrescantes y amenos para ese público joven y cautivo que sigue la pantalla chica local.
No es posible seguir viendo los mismos espacios de hace treinta años, las mismas secciones y hasta los mismos rostros que ya están cansados, por lo que urge le den paso al relevo generacional.
Es cierto que un comunicador no tiene una vida útil a corto plazo, pero quizás un cambio de imagen, una renovación al espacio, nuevos segmentos, podría ayudar a modernizar la televisión dominicana y hacer la diferencia en la parrilla programática de muchos canales.
No parece importarles la modernidad, los cambios propios del sistema y la iniciativa de ofrecer segmentos refrescantes y amenos para ese público joven y cautivo que sigue la pantalla chica local.
No es posible seguir viendo los mismos espacios de hace treinta años, las mismas secciones y hasta los mismos rostros que ya están cansados, por lo que urge le den paso al relevo generacional.
Es cierto que un comunicador no tiene una vida útil a corto plazo, pero quizás un cambio de imagen, una renovación al espacio, nuevos segmentos, podría ayudar a modernizar la televisión dominicana y hacer la diferencia en la parrilla programática de muchos canales.
Es tiempo de darnos cuenta que necesitamos restaurarnos, cambiar, emprender nuevos proyectos y porqué no hasta cambiarle el nombre al programa y experimentar la maravillosa sensación de lo nuevo, de lo renovado.
No le teman a la innovación ni a la transformación, ya que que los cambios siempre son favorables y siempre van de la mano con la aceptación del público y una mayor acogida que de seguro vendrá acompañada de grandes beneficios y utilidades.
Por: Lainformacion
