El régimen comunista reiniciará sus instalaciones nucleares, incluyendo el reactor nuclear de Yongbyon, mientras EEUU toma posiciones y desplaza un destructor con capacidad de interceptar y destruir misiles y una plataforma móvil con radar. Secretario general de ONU, Ban Ki-moon, expresa a Corea del Norte que "la crisis ha ido demasiado lejos" y recordó que la única vía de resolver este problema es negociar
Corea
del Norte volvió a arrancar la actividad en su principal complejo
nuclear, la planta de Yongbyon, con el objetivo de desarrollar su
tecnología nuclear y frente a la escasez de energía, según informa la
agencia de noticias KCNA. La planta fue cerrada en 2007 como parte de un acuerdo de desarme nuclear internacional.
Un portavoz del programa de energía nuclear de Corea del Norte explicó que esta decisión era coherente con los objetivos que buscan Pyongyang de "fortalecer su arsenal nuclear, tanto en calidad como en cantidad".
Rompe así con el acuerdo internacional alcanzado en 2006 por el cual Corea del Norte accedió a suspender sus actividades atómicas a cambio de ayuda económica y garantías de seguridad.
El proceso parecía encaminado al desmantelamiento total de Yongbyon en julio de 2007 y la destrucción de la torre de enfriamiento para 2008. Sin embargo, el régimen comunista se opuso finalmente a las inspecciones de sus instalaciones retirándose en 2008 de la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear en la que se encontraba China, EEUU, Japón, Rusia y las dos Coreas.
Se trata de un nuevo pulso de Pyongyang en un escenario donde las amenazas no cesan. Las últimas se produjeron esta noche, cuando el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, defendió las armas nucleares como una vía para disuadir a potenciales agresores y garantizar la paz y la prosperidad en su país.
Así, Corea del Norte reactivará todas las instalaciones del complejo Yongbyon incluyendo una planta enriquecimiento de uranio y un reactor de 5 megavatios.
En un discurso difundido por la agencia nacional KCNA, Kim Jong-un aseguró que "nuestra fuerza nuclear permite disuadir a los enemigos y garantizar y proteger nuestra soberanía".
Sólo unas horas antes, era Estados Unidos quien tomaba posiciones, al ordenar el desplazamiento de un destructor con capacidad de interceptar y destruir misiles y una plataforma móvil con un radar. El buque es el USS Fitzgerald, equipado con un sistema de defensa contra misiles balísticos, según indicaron al canal NBC fuentes del Departamento de Defensa, que exigieron el anonimato.
No obstante, las mismas fuentes insistieron en que no hay ningún indicio de que Corea del Norte esté a punto de realizar un lanzamiento de misil, en la misma línea de lo asegurado poco antes por la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
El buque USS Fitzgerald es uno de los 15 destructores de misiles que EEUU desplegó en su momento para controlar las amenazas globales de misiles y llegó en octubre de 2004 a Japón para unirse a la Séptima Flota de EEUU.
Por otra parte, según la cadena CNN, Estados Unidos también ha iniciado el desplazamiento a la zona de la plataforma naval SBX-1, que cuenta con un radar en su parte superior, para vigilar posibles movimientos militares norcoreanos.
Estos movimientos se producen en un momento de escalada de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, declarara que el país se encuentra en "estado de guerra" con el sur.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró que Estados Unidos se toma muy "seriamente" las "provocaciones" de Corea del Norte, pero aseguró que EEUU no ha visto de momento "acciones que respalden la retórica" hostil de Pyongyang.
La crisis política y militar que vive la península coreana se prolonga desde hace casi un mes, desde el pasado 7 de marzo, cuando la ONU impuso nuevas sanciones a Corea del Norte, que reaccionó con duras amenazas a Seúl y Washington.
La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Victoria Nuland, reaccionó a la declaración de "estado de guerra" y la consideró como "un nuevo paso retórico", aunque subrayó que Washington sigue "vigilante" para ver cómo se traduce sobre el terreno.
"NO SON JUEGOS"
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó a Corea del Norte que "la crisis ha ido demasiado lejos". A su vez, precisó que la única vía de resolver este problema es negociar.
Ban Ki-moon hizo estas declaraciones en Andorra, donde se encuentra de visita oficial y donde reaccionóo a la tensión en la Península norcoreana. Ban Ki-monn añadió tajante que "las amenazas nucleares no son un juego". "La crisis actual ha ido demasiado lejos. Como secretario general, es mi deber impedir la guerra y buscar la paz".
Es más, Ban recordó que "la retórica agresiva sólo aporta miedo e inestabilidad", en clara referencia a las declaraciones protagonizadas en los últimos días por el dictador norcoreano, Kim Jong-un.
"Las cosas deben calmarse y lo peor, en esta situación, sería la falta de comunicación", advirtió el secretario general de ONU, quien está "convencido de que nadie intenta atacar a Corea del Norte por una serie de desacuerdos, ya que éstos forman parte del sistema político y la política exterior". Sin embargo, se mostró temeroso de que "otros respondan con firmeza a cualquier provocación militar directa".
Un portavoz del programa de energía nuclear de Corea del Norte explicó que esta decisión era coherente con los objetivos que buscan Pyongyang de "fortalecer su arsenal nuclear, tanto en calidad como en cantidad".
Rompe así con el acuerdo internacional alcanzado en 2006 por el cual Corea del Norte accedió a suspender sus actividades atómicas a cambio de ayuda económica y garantías de seguridad.
El proceso parecía encaminado al desmantelamiento total de Yongbyon en julio de 2007 y la destrucción de la torre de enfriamiento para 2008. Sin embargo, el régimen comunista se opuso finalmente a las inspecciones de sus instalaciones retirándose en 2008 de la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear en la que se encontraba China, EEUU, Japón, Rusia y las dos Coreas.
Se trata de un nuevo pulso de Pyongyang en un escenario donde las amenazas no cesan. Las últimas se produjeron esta noche, cuando el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, defendió las armas nucleares como una vía para disuadir a potenciales agresores y garantizar la paz y la prosperidad en su país.
Así, Corea del Norte reactivará todas las instalaciones del complejo Yongbyon incluyendo una planta enriquecimiento de uranio y un reactor de 5 megavatios.
En un discurso difundido por la agencia nacional KCNA, Kim Jong-un aseguró que "nuestra fuerza nuclear permite disuadir a los enemigos y garantizar y proteger nuestra soberanía".
Sólo unas horas antes, era Estados Unidos quien tomaba posiciones, al ordenar el desplazamiento de un destructor con capacidad de interceptar y destruir misiles y una plataforma móvil con un radar. El buque es el USS Fitzgerald, equipado con un sistema de defensa contra misiles balísticos, según indicaron al canal NBC fuentes del Departamento de Defensa, que exigieron el anonimato.
No obstante, las mismas fuentes insistieron en que no hay ningún indicio de que Corea del Norte esté a punto de realizar un lanzamiento de misil, en la misma línea de lo asegurado poco antes por la Casa Blanca y el Departamento de Estado.
El buque USS Fitzgerald es uno de los 15 destructores de misiles que EEUU desplegó en su momento para controlar las amenazas globales de misiles y llegó en octubre de 2004 a Japón para unirse a la Séptima Flota de EEUU.
Por otra parte, según la cadena CNN, Estados Unidos también ha iniciado el desplazamiento a la zona de la plataforma naval SBX-1, que cuenta con un radar en su parte superior, para vigilar posibles movimientos militares norcoreanos.
Estos movimientos se producen en un momento de escalada de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte después de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, declarara que el país se encuentra en "estado de guerra" con el sur.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró que Estados Unidos se toma muy "seriamente" las "provocaciones" de Corea del Norte, pero aseguró que EEUU no ha visto de momento "acciones que respalden la retórica" hostil de Pyongyang.
La crisis política y militar que vive la península coreana se prolonga desde hace casi un mes, desde el pasado 7 de marzo, cuando la ONU impuso nuevas sanciones a Corea del Norte, que reaccionó con duras amenazas a Seúl y Washington.
La portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Victoria Nuland, reaccionó a la declaración de "estado de guerra" y la consideró como "un nuevo paso retórico", aunque subrayó que Washington sigue "vigilante" para ver cómo se traduce sobre el terreno.
"NO SON JUEGOS"
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó a Corea del Norte que "la crisis ha ido demasiado lejos". A su vez, precisó que la única vía de resolver este problema es negociar.
Ban Ki-moon hizo estas declaraciones en Andorra, donde se encuentra de visita oficial y donde reaccionóo a la tensión en la Península norcoreana. Ban Ki-monn añadió tajante que "las amenazas nucleares no son un juego". "La crisis actual ha ido demasiado lejos. Como secretario general, es mi deber impedir la guerra y buscar la paz".
Es más, Ban recordó que "la retórica agresiva sólo aporta miedo e inestabilidad", en clara referencia a las declaraciones protagonizadas en los últimos días por el dictador norcoreano, Kim Jong-un.
"Las cosas deben calmarse y lo peor, en esta situación, sería la falta de comunicación", advirtió el secretario general de ONU, quien está "convencido de que nadie intenta atacar a Corea del Norte por una serie de desacuerdos, ya que éstos forman parte del sistema político y la política exterior". Sin embargo, se mostró temeroso de que "otros respondan con firmeza a cualquier provocación militar directa".