El conflicto por derecho de autor que envolvía al merengue “El baile del
perrito” y en el que sus creadores, Winston Paulino y Wilfrido Vargas,
se batieron en los tribunales durante 20 años, acaba de llegar a su fin,
se informó.
Paulino firmó el sábado un acuerdo de desistimiento que descarga, desde
ahora y para siempre, al merenguero Wilfrido Vargas sobre el reclamo del
reembolso del 50 por ciento del dinero generado por los derechos
fonomecánicos, magnos, licenciamientos, sincronización, difusión y
ejecución pública del merengue, se afirmó en un comunicado enviado por
Merenguemanía.
Wilfrido y sus empresas le hicieron un reembolso a Paulino por la suma
de 13 millones de pesos, de unos 26 que este último reclamaba, se
destacó.
Con este reembolso concluye la litis autoral más debatida y mas
prolongada de la historia, tanto en los tribunales como en los medios de
comunicación.
Con la firma del acuerdo, Paulino también recobró y reivindicó su paternidad en “El baile del perrito”.
“Winston Paulino, no te puedes quejar, te entregué el doble de lo que tenía que entregarte”.
Maritza Rosario Arias, quien laboraba como secretaria de la Corporación
Wilfrido Vargas, para el año 1992, fue señalada como responsable de
cometer el error involuntario, de no incluir el nombre de Winston
Paulino en los créditos de “El baile del perrito”, durante la redacción
de los datos e informaciones, que se enviaron a la Editora Unimúsica
Inc. y a la casa discográfica Rodven, sobre los títulos de obras y
compositores que laboraron en el álbum “Itinerario”.
Por este error de Rosario Arias, la obra fue inscrita en la Biblioteca
de Congreso de los Estados Unidos, en la sociedad de gestión colectiva
Broadcasting Music, Inc. (BMI), a la cual pertenece Wilfrido Vargas, y
también fue inscrita en los propios sistemas contables de Unimúsica
Inc., atribuyéndose erróneamente el 100% de sus derechos autorales para
Wilfrido Vargas.
De esta forma, todo el dinero que generó “El baile del perrito por
derecho de autor se le pagaba a Wilfrido Vargas, pues era quien figuraba
en los sistemas pertinentes, como autor del 100% de la misma, algo que
“El Beduino Mayor” ignoraba hasta que Winston Paulino inició sus
reclamos en el año 1992.