Por: Joseph Caceres
Hubo una época en que artistas, locutores,
empresarios disqueros y gente ligada al medio artístico se imponían como
meta la adquisición de estaciones de radio.
En la mayoría de los casos, compraban emisoras para difundir música,
al igual que los romanticos radiodifusores tradicionales que dieron
origen a la radio dominicana.
Por ejemplo, el locutor Radhames Aracena, con su fenómeno de Radio
Guarachita bautizada con el nombre de su sello y casa discográfia.
Cuco Valoy con Radio Tropical en calle Paris, Johnny Ventura cuando
arrendó la antigua Radio HIG y la bautizó con el nombre de Fiesta, el
difunto Rafael Corporán de los Santos con Radio Popular y una cadena de
otras emisoras que en su momento llegó a tener por todo el país.
Wilfrido con Kiss 95, Juan Luis Guerra conViva F.M., los disqueros Juan y
Nelson Estévez, con Rumba F.M. en la capital y en Santiago de los
Caballeros; Héctor José Torres y Radio Universal. Jossie Esteban con
Super Q y Manía, Bienvenido Rodríguez con La Z.
De todos ellos los
únicos que se han mantenido en ese negocio son los dos últimos, y en el
caso de Rodríguez con un giro que le ha permitido ser de todos el
radiodifusor ligado a la música más exitoso, pero sin prácticamente
tocar música en su estación, al ser convertida en una emisora hablada.
"La radio en estos tiempos ya no es negocio", nos comentaba en estos
días el empresario Manuel María Pimentel, quieran era propietario de
importantes estaciones de radio, que hicieron época, como es el caso de
Radio Mil.
Los costos operacionales, la fragilidad en la sustentación
publicitaria, las dificultades en los cobros, dificultan que las
estaciones de radio se puedan mantener tocando música. Sólo el
sostenimiento de una planta de emergencia conlleva una gran inversión.
Los radiodifusores tradicionales han tenido que vender sus estaciones y dedicarse a otros negocios.
Lo mismo que los artistas mencionados, con excepción de Jossie
Esteban, quien también ha tenido que buscar la alternativa de convertir
una de sus emisoras en cristiana.
Las iglesias, los grupos económicos y los políticos, son los que han estado absorviendo las emisoras que antes eran musicales.
A la fecha hay unas seis emisoras que se encuentran en venta, y una
de ellas cerró negociaciones con un ingeniero del gobierrno hace dos
semanas.
Cada vez son menos las estaciones orientadas hacia la música, debido a
los cambios que se están operando en formatos de programación de las
emisoras que ahora son cristianas, o que son segmentadas con programas
interactivos y de comentarios.
Así va la radio...