El juicio contra el soldado Bradley Manning,
acusado de la mayor filtración de documentos clasificados de EE.UU.,
comenzó hoy tras mil cien días de arresto y una larga fase preparatoria
en la cual se intentó extremar el celo para no afectar a la seguridad
nacional.
En la primera jornada del juicio formal la fiscalía
llamará a testificar a dos investigadores y al compañero de habitación
de Manning durante su despliegue en Irak, donde fue detenido en mayo de
2010 tras supuestamente poner a disposición de WikiLeaks centenares de
miles de cables del Departamento de Estado y datos de las guerras de
Irak y Afganistán.
El pasado mes la juez militar Denise Lind cerró
año y medio de fase preparatoria del juicio, en la que el soldado
Manning se declaró culpable de una decena de los 22 cargos de que se le
acusa, los de menor gravedad y que le acarrearía y una pena de 20 años
de cárcel.
La fiscalía, que representa al Gobierno de Estados
Unidos, buscará en este juicio, que se espera que se prolongue hasta
agosto, la pena de cadena perpetua para Manning, por ayuda al enemigo,
el cargo más grave al que se enfrenta.
Los fiscales, que
representan al Gobierno estadounidense, llamarán al estrado a 24
testigos cuyas declaraciones deberán ser protegidas bajo secreto, entre
ellos diplomáticos, responsables de inteligencia, militares y otros
funcionarios estadounidenses de alto nivel.
La acusación intentará
probar que Manning hizo uso inapropiado de información clasificada
conscientemente y la puso a disposición de WikiLeaks sabiendo que ponía
en riesgo la seguridad nacional y podría ser utilizada por enemigos como
la organización terrorista Al Qaeda.
Varias decenas de
manifestantes se concentraron hoy a las puertas de la base de Fort Meade
(Maryland), donde las medidas de seguridad se han extremado, para pedir
que se exculpe a Manning y se le premie por haber dado a conocer la
realidad de la guerra.
El proceso pondrá a prueba la capacidad de
las instituciones estadounidenses de garantizar el derecho a la libertad
de prensa en un momento en que se cuestiona públicamente el celo de la
Administración de Barack Obama por proteger su operaciones encubiertas
en la guerra contra el terrorismo internacional.