Por: Carlos Maxwell
Ando por la vida, ganándome detractores y gente que duda de mi
capacidad de hacer y lograr ciertas cosas. Y eso es gasolina para seguir
adelante.
Siempre he tenido que lidiar con ese tipo de personas. Primero,
porque comencé muy joven en esta carrera y algunos me veían haciendo lo
mismo que ellos cuando eran ellos mayores que yo.
Otros, han desconfiado
de mi capacidad para lograr u obtener cosas que he anhelado porque la
forma como procedo lleva el sello de “nunca se ha hecho así.”
Gracias a Dios, o a un Ser Superior, que usted le llama como quiera,
siempre me han salido bien las cosas cuando he tenido que lidiar con
gente mala.
Y no es por sonar arrogante ni creerme que “me las sé
todas;” pero siempre he tenido la dicha de tener de mi parte la frase
“las aguas siempre vuelven a su nivel.” Sí vuelven y soy el mejor
testigo de ello.
Mencionar casos específicos, es hacerle un homenaje a esas personas.
Es rebajarme y en cierta forma irrespetar la privacidad de otros.
Si niños o jóvenes me pidieran consejos; les diría que sean ellos
mismos y que trabajen en lo que más les gusta, que sean humildes con
todos, que se ganen el respeto de los demás y que paren en seco al que
quiera pasar esa línea; y que sobre todo, no le hagan caso ni le pongan
mucha atención a los envidiosos y a los que quisieran hacerle daño.
El
tiempo de uno es más valioso que eso.
Todo cae sin hacer mucho esfuerzo. Las aguas, siempre vuelven a su nivel.