Por:Lucy Cosme
La vida cambia, las estrellas pasean el universo, el corazón palpita, los pensamientos corren como cascadas, y la tierra rota girando sobre sí misma a lo largo de un eje imaginario que pasa por sus polos… Pero, ¿cuál es el eje de nuestra existencia?
¿Qué nos mueve verdaderamente? ¿Qué nos alínea tan perfectamente a un propósito de amor y un futuro pleno? El rey David dijo: “Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y contados antes que existiera uno de ellos”. Salmos 138:16.
¡Sin dudas, es Dios! Tiene contados nuestros cabellos, nuestros pasos, nuestros días, aún nuestras lágrimas en su copa.
Entonces, ¿qué importa hacia donde gire la tierra o salga la sol? Su gran amor es mi sentido de dirección.
Entonces, ¿qué importa hacia donde gire la tierra o salga la sol? Su gran amor es mi sentido de dirección.