Por:Lucy Cosme
En 1 Juan 5:4, nuestro Señor Jesús nos habla con el acento de la autoridad implacable cuando dice: “...y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”.
La fe nos hace invencibles e incansables.
Nos trae de vuelta a las arenas del combate con el orgullo de los gladiadores.
Fe no es simplemente derribar gigantes, es sepultar al parásito que quiere erigirse a costa de tu alma; cortarle la cabeza a la serpiente que se desliza silenciosa sobre tus ilusiones, robando tus bríos e inspiración, fe es callar las tormentas clandestinas que sacuden tus rutinas de oración, para robarte la eficacia de tus convicciones y separarte de tus bendiciones.
Fe es saber que luchar es nuestro propósito y vencer es nuestro destino.