Por: Marilyn Ventura
Las redes sociales también son las aliadas perfectas para estas chicas pretenciosas, quienes no cesan de subir fotografías a su Instagram o cuentas de Twitter y Facebook.
Es tiempo de tomar conciencia de lo que somos y queremos proyectar ante los medios, pero sobre todo ante la opinión pública, que al final es quien decide la suerte y la verdad de aquellas que están en televisión.
De esta decisión dependerá el hecho de quedarse por unos cuantos meses o hacer de esta carrera un apostolado que sirva de paradigma para otras generaciones.
Son muchas las comunicadoras que se han dado la tarea de recurrir al recurso de la exposición mediática excesiva.
Se puede notar una constante búsqueda de información para sonar en los medios a toda costa y captar la atención de revistas digitales, portales, páginas y periódicos.
La televisión también juega un papel preponderante a la hora de hacer brillar a una de estas chicas con ansias de que todos conozcan sobre su vida privada.
Desde bodas repentinas hasta noticias falsas se pueden ver a diario en los diferentes portales, quienes muchas veces sin investigar se hacen eco de estas informaciones.
Las ansias de que todos conozcan hasta
la ropa que se ponen se ha vuelto una constante que a veces hasta ralla
en lo ridículo, proyectándolas como personas vacías y vanidosas.Se puede notar una constante búsqueda de información para sonar en los medios a toda costa y captar la atención de revistas digitales, portales, páginas y periódicos.
La televisión también juega un papel preponderante a la hora de hacer brillar a una de estas chicas con ansias de que todos conozcan sobre su vida privada.
Desde bodas repentinas hasta noticias falsas se pueden ver a diario en los diferentes portales, quienes muchas veces sin investigar se hacen eco de estas informaciones.
Las redes sociales también son las aliadas perfectas para estas chicas pretenciosas, quienes no cesan de subir fotografías a su Instagram o cuentas de Twitter y Facebook.
Es tiempo de tomar conciencia de lo que somos y queremos proyectar ante los medios, pero sobre todo ante la opinión pública, que al final es quien decide la suerte y la verdad de aquellas que están en televisión.
De esta decisión dependerá el hecho de quedarse por unos cuantos meses o hacer de esta carrera un apostolado que sirva de paradigma para otras generaciones.