Por: Agustín de la Cruz
New York.(SL) -Este
magnate de la adivinanza adquirió notoriedad a través de unos supuestos
números de la lotería, los que brindaba en sus apariciones televisivas,
logró convertirse en todo un fenómeno, lógicamente en un país donde a
todos los niveles, se cree en todo menos en lo real y divino.
Fueron
muchos los infelices que esperanzados en salir de la pobreza por la vía
más cómoda y rápida, prefirieron creerle a este supuesto salvador y
jugaron hasta lo ajeno, convencido que se trataba del esperado salvador.
“Cristian
Casa Blanca” logró en un momento determinado, explotar los rating de
los espacios televisivos que utilizaba como plataforma para incrementar
las ventas de las diferentes loterías del país y de paso posiblemente
engordar su cuenta bancaria.
Tuve
la oportunidad de verlo en el televisor tratando de llegar a la orilla,
navegando en un canal de poca corriente y con apenas una cuña
publicitaria a diferencia de sus mejores tiempos, cuando llegó hasta
incidir como promotor de espectáculos, eventos que utilizaba para montar
su circo de lotería.
Pero
como Dios no come corazones, ni deja impune a quien en su nombre juegue
con los más débiles, hoy de ese fenómeno, sólo quedan ráfagas de poca
credibilidad, acusaciones de agresión y ha sido erradicado del
protagonismo que lo robustecía, perdiendo por completo la incidencia
internacional que ostentaba a través de “Telemicro” y “Súper canal”