Por: Marilyn Ventura
Si todos dedicáramos gran parte del tiempo a la observación propia,
comprenderíamos que la fuerza de voluntad no es necesaria para dejar
algo que nos hace daño.
Es ver lo que nos perjudica y utilizar la
inteligencia para comprender que fumar, por ejemplo, es realmente mortal
para nuestro organismo y entonces el hábito cae por efecto de la
comprensión, no precisamos la fuerza de voluntad porque así nos
estaríamos forzando a hacer algo y todo esfuerzo implica un desgaste
mental.
La fuerza de voluntad es suplantada por la realización de algo que queremos mejorar en nosotros mismos, allí comienza el camino de la sabiduría.
El ser humano consiente recorre el camino con una fluidez total, observando todo lo que le pasa. Fluye. Ve el hecho.
Uno viaja porque siente el amor de viajar, no es la fuerza de voluntad que lo mueve, es su propio corazón que le dicta lo que es mejor para sí mismo; entonces quiere decir que dedicarse a lo que uno siente o romper con viejas estructuras no son productos de la fuerza de voluntad sino de hacer lo que realmente sentimos desde la profundidad de nuestras realidades personales.
Si esfuerzo a la voluntad no estoy actuando con fluidez. Quiero adelgazar, es un hecho ¿Por qué no comienzo ahora mismo a entrenar y dedicarme a una dieta? Es la fuerza de voluntad que nos hará adelgazar o el acto de percibirlo y dedicarnos con sumo placer a ver como transformamos nuestro cuerpo.
Transformamos a la fuerza de voluntad en un acto de sentirnos bien y realizarnos sin ninguna clase de esfuerzo. Fluyendo desde la inteligencia.
La fuerza de voluntad es suplantada por la realización de algo que queremos mejorar en nosotros mismos, allí comienza el camino de la sabiduría.
El ser humano consiente recorre el camino con una fluidez total, observando todo lo que le pasa. Fluye. Ve el hecho.
Uno viaja porque siente el amor de viajar, no es la fuerza de voluntad que lo mueve, es su propio corazón que le dicta lo que es mejor para sí mismo; entonces quiere decir que dedicarse a lo que uno siente o romper con viejas estructuras no son productos de la fuerza de voluntad sino de hacer lo que realmente sentimos desde la profundidad de nuestras realidades personales.
Si esfuerzo a la voluntad no estoy actuando con fluidez. Quiero adelgazar, es un hecho ¿Por qué no comienzo ahora mismo a entrenar y dedicarme a una dieta? Es la fuerza de voluntad que nos hará adelgazar o el acto de percibirlo y dedicarnos con sumo placer a ver como transformamos nuestro cuerpo.
Transformamos a la fuerza de voluntad en un acto de sentirnos bien y realizarnos sin ninguna clase de esfuerzo. Fluyendo desde la inteligencia.