Caso: Instagram

Por: Marilyn Ventura
Confieso que soy prácticamente nueva en la red social Instagram, una vía que consideré factible para agilizar mi trabajo en estas páginas de Mirador y por supuesto para mantenerme enterada que andan haciendo los artistas y comunicadores, tanto nacionales como internacionales.
   
No hay ninguna duda de que la red en los últimos tiempos se ha vuelto bastante popular e interactiva, debido a que brinda la oportunidad de subir fotografías con sus respectivos pies de fotos.
   
La plataforma digital también permite que los seguidores puedan darle me gusta a las imágenes favoritas pero ademas que estos puedan plasmar sus comentarios y opiniones, muchas veces bastante subidos de tono.
   
En estos días donde le he estado dando seguimiento muy de cerca a Instagram me he encontrado con una serie de inquietudes de gente que sigue a figuras de los medios que realmente me ha dado mucho pesar y vergüenza.
   
Es penoso leer como a algunas comunicadoras las llaman con nombres realmente fuertes y hacen comentarios con palabras obscenas sobre sus vidas personales.  Se escriben cosas por allí que realmente son impublicables en cualquier medio.
   
Pensé que esta red me aportaría algo a nivel intelectual o profesional, pero realmente no me ha hecho el primer aporte.
La mayoría de personas utilizan a Instagram para subir vestimentas, ropas por intercambio, zapatos, promocionar fiestas, tiendas, regalos costosos que le han hecho y esas fotografías bonitas junto a la familia y en causas sociales que quieren que los demás se enteren.
   
Y que decir de algunas páginas dedicadas al chisme, las cuales se dedican a copiar fotografías de los demás, sacar lo peor de esa imagen y lanzarla para que los seguidores se conviertan en tiburores y se la coman viva, opinando de manera despectiva y despiadada sobre lo publicado.