Entiendo que usted se moleste conmigo
por yo rechazar tan cuantiosa e interesante oferta, pero yo solo dije la
verdad... no pienso formar parte de un programa que tiene doble moral.
Osea, usted es tan corrupto, utiliza a las personas, consume sustancias
ilegales y quiere predicar amor a Dios y alabanzas... no viejo, a mi me
enseñaron que cuando yo meto la pata debo tener coraje de admitirlo.
Y
que cuando alguien es mañoso, uno acaba pagando los platos rotos si le
celebra todas sus porquerías...yo a usted lo adoro, lo admiro y lo
respeto.
Pero déjeme a mi fuera de su gloria... yo aquí, en mi infierno
estoy mucho mejor... al menos mis pecados los cometo feliz, sin andar
escondiéndome ni fingiendo ser religiosa. Por mi parte la amistad
continúa perfecta... si usted me odia por decirle la verdad que pocos se
atreven, amén.