SANTIAGO.-Osvaldo Cepeda y Cepeda, el piloto, el coronel de tantos años, ahora el general de brigada, es realmente un profesional único. Hasta ahora insustituible, y dueño de un oficio y un estilo inconfundible, orgullo de todos los dominicanos. El apreciado y respetado por los dominicanos, ha sido, durante más de treinta años la voz oficial de los desfiles militares en las fechas patrias dominicanas.
A Osvaldo Cepeda lo admiré desde niña, cuando ya por televisión o por radio, disfrutaba de los impecables desfiles militares, una tradición y una historia de nacionalismo impresionante narrada con pasión, conocimiento y firmeza por un hombre que ha hecho historia en este quehacer, oficio al que ha dedicado su vida y sus conocimientos.
En cuanto a los desfiles militares es prácticamente autodidacta. Fue conjugando su pasión por la historia, con la de piloto, con la de locutor y entrelazó esos conocimientos, dando como resultado a un acrisolado profesional que no tiene competencias en su área y que muestra constantemente una superación impresionante.
Osvaldo Cepeda y Cepeda, ascendido a general de brigada de las Fuerza Aérea Dominicana, de verbo florido, educador, maestro, músico, poeta, maestro de ceremonias y el narrador inconfundible de los desfiles militares nacionales, es además un enaltecedor de la mujer, su valor y su belleza.
Para él, la mayor dificultad que se le presenta es cuando el desfile se retrasa luego de iniciado. "Eso me pone nervioso, es ahí donde debo echar mano de todo el conocimiento, de toda la historia, de toda mi habilidad, para que el oyente o el televidente se mantenga en vilo y atento a las incidencias de la exhibición," dice.
Es que él sabe manejar la voz, sus tonalidades y matices, la velocidad, el ritmo y todos los elementos que le permitan hacer inconfundible e inolvidable cada experiencia. El nos hace erizar cuando narra un desfile militar, nos hace sentir orgullosos de ser dominicanos.
Ya cuando lo entrevisté hace algunos años en el Templo de Las Américas, en La Isabela, luego en Santiago o posteriormente, compartiendo junto al coronel Olivo Abreu, en las montañas de San José de las Matas, donde conversábamos sobre operaciones tácticas, música, historia dominicana y otras historias, Osvaldo Cepeda y Cepeda, el hombre de Pimentel, deja esa inolvidable y grata experiencia de conversar con un hombre de profundo sentir patriótico, caballerosidad sin límites y un destacado profesional que ama con sentida pasión, tanto la aviación, como la locución, carreras que le han hecho acrisolar su estilo inconfundible e insustituible en la narración de nuestros desfiles militares.
Es él el que dignifica el orgullo patrio y la dignidad de ser militar, de lucir un impecable uniforme militar lleno de honra y perfección. Es él el que con su narrar provoca que al final de cada desfile, cientos de muchachos quieran sumarse a las filas.
Es él quien da valor al paso, al cuidado de cada detalle, a la marcha sincronizada y al valor del soldado que sabe que puede estar expuesto al peligro del fusil, en defensa de los intereses de la patria.
Es él, el que resalta la valentía y la valía de las unidades tácticas, de la preparación que requieren las fuerzas especiales y las unidades que, más allá de la precisión y del entrenamiento, precisan de la pasión y la entrega del soldado que ama su ejercicio en defensa de la nación que les vio nacer.
Después de que él narra, el patriotismo se ensancha y salimos así, como enardecidos, como agigantados con los colores de la Bandera Nacional, con la grandeza de nuestros hombres, con la dominicanidad a borbotones, agigantada en la garganta y llenando nuestros ojos de luz, ante un corazón que late vigorosamente.
Un hombre singular..
Una anécdota inolvidable.
Esto fue en 1992, cuando la inauguración del Templo de Las Américas. Yo estuve entrevistándole aquella vez, ante el inicio del acto formal. Conversamos allí, entre la brisa y el sol de la costa, una ocasión memorable. Cuando le refiero en torno a sus gustos musicales me dice que le apasionan las oberturas.
Claro, evidentemente el mismo estilo que ha impreso en esos desfiles militares, dan cuenta de ello. Le respondo: "Ah, las overturas, debí imaginarlo..." Es entonces cuando me responde: Recomiéndame una... Entonces le digo:
Por:Luisa Rebecca Valentín
Periodista