Cómo superar un pésimo día

Por:Primerahora.com
Por más que queramos ver el mundo color de rosa hay días que, sencillamente, apestan. Ya sea por una discusión familiar, un malentendido con tu pareja o un revolú en el trabajo, hay momentos en los que queremos meter la cabeza debajo de la tierra y esperar que pase la tormenta, idealmente en una isla desierta. 
A menos que seamos millonarios, escapar de la realidad no es una opción, por lo que hay que buscar alternativas para poder levantarse luego de la patada que nos dio el día. Para ello, la publicación electrónica The Muse ofrece cinco alternativas:
1. Identifica el problema: No es que el mundo esté en tu contra, es cómo ves las cosas. En vez de decir “soy un idiota, nada me sale bien” o “siempre tengo que hacerlo todo yo para que quede bien” piensa  qué es lo que realmente te perturba. “No tengo los recursos necesarios para hacer bien mi trabajo, por lo que me siento impedido”, o “mi pareja no colabora en la casa y debo decirle que me ayude” te ayuda a reconocer la raíz de la molestia y cómo lidiar con ella.
2. Olvídate del “lloraíto”: Ah, el ciclo de la victimización. Te sientes mal y buscas sentirte bien, por lo que recurres a los “bobos emocionales” como el alcohol, comer para consolarte o irte de shopping aunque no tengas los chavos. ¡Detente! La gratificación inmediata te podría hacer sentir mejor de momento, pero las consecuencias se dejarán sentir duramente.
3. No te encierres en la cueva: En los días malos muchos tendemos a meternos “en el hoyo” a pensar hasta el cansancio en lo mal que nos fue, cuando la realidad es que este círculo es autodestructivo. The Muse aconseja buscar a ese pana que siempre nos saca una sonrisa y conversar sobre el asunto pero, si no te sientes con ganas de compartir, lee tu blog favorito o busca entretenerte con un juego o un paseo. Cualquier cosa que te distraiga (y que sea saludable y no cueste dinero) será buena.
4. Ayuda a otros: La labor filantrópica tiene dos ventajas: darle una mano a los necesitados y sentir que estás haciendo algo productivo con tu vida. Colaborar en una cena para tu iglesia, ofrecerte a cuidar un familiar anciano o hacer servicio voluntario dará sentido a tu tiempo y te ayudará a comprender que hay cosas más importantes que un mal rato. 
5. Recuerda que todo pasa: El día pudo haber sido desastroso pero lo mejor de todo es que en pocas horas se acabará y tendrás uno nuevecito para empezar de nuevo. A lo hecho, pecho; pasa la página y toma unos minutos para “cambiar el chip” y contar tus bendiciones. Verás que son muchas y que lo de hoy fue, simplemente, una mala jugada, y ya terminó.