Recordando a Lope Balaguer -La voz de un cantantazo


Por:Luisa Rebecca Valentín 

SANTIAGO.-En la República Dominicana, hablar de disciplina, elegancia y distinción en nuestra canción sólo tiene un nombre para nuestra gente: José Manuel López Balaguer, el apreciado y catantazo de siempre, Lope Balaguer.

Poseedor de una de las voces más robustas, diáfanas y de rebosante entusiasmo, lo convierten en un emblema tradicional y referente obligado cuando se habla de calidad musical e interpretativa en nuestro país y en toda América Latina.

Cantante, es una cosa, intérprete otra. Lope ha sido, a través de los años, cantantazo e intérprete de resonado histrionismo y esmerado en la selección de los temas, de los músicos, de los autores y de los espacios donde ha presentado su calidad
    
El entonces bien llamado "Tenor de la juventud", en cuya época incurrió hasta en el merengue. Nació en Santiago en 1925, quizás por eso siempre ha sido un caballero en tarima. 

Buena pronunciación y estilo. Hizo teatro, quizás ello dejó sus huellas en su peculiar definición. Exigente, detallista y esmerado en la producción de cada uno de sus espectáculos. Hombre de buen gusto y trato franco.
   
Siempre renovado, dispuesto siempre a incluir nuevos temas de jóvenes autores en su repertorio, pero todos con el común denominador de la calidad y del esmero en las letras, seleccionadas cuidadosamente por el sabio cantantazo que, sin tener pelos en la lengua, haciendo tronar santos y altares, ha hablado siempre claro sobre la disciplina y la calidad en el arte, en todo el sentido de la palabra.
    
Su repertorio, compuesto mayormente por las creaciones de las mejores obras de nuestros autores de letras, como Luis Kalaff, Fernando Arias, Rafael Colón, Manuel Troncoso, Moisés Zouain, Rafael Solano, Manuel Sánchez Acosta, también incluyó creaciones del argentino Mario Clavell, de Mario Ruiz Armengot y otras figuras latinoamericanas. 

Lope, ha valorado siempre la calidad de la letras criollas, a las que ha sumado su calidad interpretativa, dando como resultado magníficas e inolvidables interpretaciones que él, con su singular estilo, ha hecho únicas.
    
Donde quiera, en cualquier escenario, Lope es Lope. Es el cantantazo y su nombre solo se asocia a una impecable presencia en escena. Valora el silencio cuando sabe que le dará una connotación especial a la interpretación. 

Con aquella voz que se amplía y se hace robusta al subir, sin estridencias, sin desesperación, todo a su tiempo. Con la mesura justa, con el resultado de su férrea disciplina, pero sin coartar la emoción que son los rasgos más característicos de la trayectoria musical de Lope Balaguer y lo que le hace haber cosechado un público fiel que le ha seguido siempre.
   
Neno, Lope, Lope Balaguer o El Cantantazo, el hombre de la voz potente, capaz de adaptarse a ritmos. Temas como "Maribel", "Oui madame", "Paraíso soñado", "Brindo por ti", "Ternezas", "De carne o de hierro", "En la oscuridad", "Amnesia" o "Algo contigo",
inconcebibles en otra voz que no sea la de Lope.
    
Mi preferida es "Egoísmo", escrita por Moisés Zouain, con la que Lope da muestras de que puede adherirse perfectamente a cualquier ritmo. 

En esta, se enseñorea y transmite fielmente ese arranque impulsivo de celos, posesión y arrebato que asume perfectamente cuando entona los versos de "Egoísmo": "No quiero ni que el viento te me toque, me nubla de egoísmo tu dulzura, cariño que por grande me disloca, forzándome a enclaustrar tu corazón...."
    
Siempre acompañado por el enaltecedor acompañamiento musical del siempre maestro Jorge Taveras, respetuoso y devoto de los buenos cantantes, Lope es un orgullo, no sólo para nosotros los dominicanos, sino para toda Latinoamérica, como un extraordinario exponente de nuestra música, el bolero, del sentir de nuestros más distinguidos autores de letras y de las más extraordinarias interpretaciones que llenan de elegancia y clase cualquier escenario que haya pisado y donde esté la huella imborrable de El Cantantazo...
    
Las primeras canciones de Lope que recopila mi memoria, las escuché de la mano de mi abuela Rosa, quien prefería el estilo impecable del artista. Después fueron muchos los encuentros, los conciertos, las apreciadas puestas en escena en bares y centros nocturnos donde la voz de Lope le daba el toque de elegancia y distinción. Todas sus apariciones, constituyen una experiencia que denotan disciplina, calidad y esmero en cada canción. 

Esa voz que nos deja engrandecidos y orgullosos, en cada memorable actuación.