Por: Marilyn Ventura
En muy pocas ocasiones he escuchado a Roberto Ángel Salcedo pronunciarse sobre ningún particular ni responder a críticas ni mucho menos hacer referencia a ninguna situación espinosa que se genere a través de los medios.
Siempre he visto al joven presentador y actor de muy bajo perfil, alguien que se sabe manejar y que tiene los pies muy bien puestos sobre la tierra.
Salcedo ha sabido nadar en aguas mansas y turbias, entiende a la perfección el mundo del entretenimiento y sus aristas, ya que desde muy pequeño ha sido parte integral de este.
Es por esto que si un hombre tan reservado como Roberto Ángel tomó la decisión de llamar la atención sobre una situación como la vivida hace muy pocos días con Cristian Casablanca y un joven comunicador, la cosa es grande caballero.
Nos imaginamos tomó la decisión de pronunciarse en su programa este domingo por la misma gran indignación que causa a todo aquel que tiene la oportunidad de ver este desdichado vídeo, donde Casablanca lanza improperios contra Pablo Toribio.
Salcedo de seguro se exacerbó viendo aquella perla a través de la televisión o pantalla chica, donde no existe ninguna regulación ni amonestación por situaciones como esta de parte de las autoridades ni del canal donde se transmite el dichoso programa.
Ver aquello da vergüenza ajena y hace que comunicadores tan ecuánimes y centrados como Roberto Ángel Salcedo se salgan de su marco. Entiendo es tiempo de asumir responsabilidades, de revisar la parrilla programática de las plantas televisoras, de sancionar y de jamás permitir que este tipo de oprobios se repitan a través de la televisión dominicana.
