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Por: Marilyn Ventura
Todo me indica que estamos ante un fenómeno pocas veces visto en una media isla con ínfulas de país como esta.
Me refiero específicamente a la joven de veinte años de edad Yailin, conocida como “la más viral”. Primero bailarina en cuanto “teteo” aparecía por su casa y barrios cercanos, después una “estrella” con publicista incluido.
La verdad que me pongo a observar y creo que estoy en medio de un sueño o quizás una pesadilla, del cual debo despertar en cualquier momento.
Una realidad que nos choca de frente y nos invita a reflexionar hacia dónde vamos como sociedad. A quiénes estamos aupando, aplaudiendo o sencillamente sobredimensionando.
Una joven que no puede articular ni una oración completa en una entrevista, un PR que se atreve a vociferar ante una prensa nacional e internacional “colegas no me aborden a la artista” y una exposición descomunal por aparentar quien no eres; nos indica que no estamos bien.
Es triste y hasta penoso lo que está pasando a nuestro alrededor y no nos damos cuenta. Estamos construyendo ídolos de barro, figuras sin ningún cimiento y dando aquiescencia a quienes no la merecen ni tienen la trayectoria ni la valía para ocupar ese puesto.
No se trata de ninguna cizaña ni mucho menos envidia, porque sería lo último que sentiría por una persona como ella, se llama sentido común y por lo menos dos dedos de frente para hacer un mínimo análisis de la proyección que llevamos como nación.
Revisémonos como sociedad, urge una introspección para ver más allá de nuestra nariz, más allá de las redes sociales, es tiempo de saber qué queremos sembrar en nuestros hijos y de seguir así, visualizar el futuro gris que les espera.
