.JPG)
En un momento de mi vida, estuve al borde de perder la batalla contra estos trastornos mentales.
Recé a Dios de rodillas y Él me salvó.
Recuerdo que, cuando algunos amigos me hablaban de su depresión, yo me reía, sin comprender la magnitud del problema.
Hoy, sé que si alguien cercano te habla de su salud mental, lo mejor que puedes hacer es sacar media hora de tu día y dedicársela.
No te imaginas lo que esa persona puede estar sintiendo. Aunque lo veas sonriendo y parezca que todo está en color, su mente podría estar sumida en un precipicio negro, sin esperanza ni salida.
Existen miles de enfermedades, pero ninguna es comparable a la falta de paz mental.
Agradezco a mis amistades cercanas, especialmente a una amiga que Dios me envió.
Ella me escuchaba y me permitía desahogar mis temores, cuando más lo necesitaba.
Si estás en esta situación, aún estás a tiempo de sanar. Pide a Dios de rodillas y verás cómo todo cambiará.
El único refugio que encontré fue la música. Escribir canciones me permitió expresar el dolor más profundo que llevaba dentro.
Gracias, Dios, por no soltarme, incluso siendo un pecador.
Te envío un abrazo de solidaridad si te encuentras en la posición de sonreír frente a la gente, mientras por dentro te sientes como un "muerto vivo".
