La precariedad de cantantes en la música típica es agravada, entre otros factores, por la desaparición física de algunos, la migración de otros, la decadencia del merengue popular y el apogeo de la música urbana.
Los reemplazos son difíciles, además es cuestión de tiempo acoplarse, tomar el ritmo de trabajo y aprender los temas, y montarlos. A lo mejor por un tema económico y de logística, se trabaja a la mínima representación al frente, hasta de dos personas: El líder de la agrupación, que generalmente es quien canta, y un cantante principal. Atrás quedaron coro y coreografía.
Cualidades para interpretar merengue típico dominicano
Cantar solamente, se puede; pero como el merengue típico dominicano combina tradición y energía rítmica, para interpretar este género es fundamental poseer una serie de cualidades y habilidades deseadas, específicas: Tocar acordeón, el instrumento líder; dominarlo con soltura, incluye técnicas avanzadas como la capacidad de improvisación, para mantener el ritmo típico y añadir tonos particulares a cada interpretación.
Y de paso, si es posible, darle bien a la güira y a la tambora. Sobre todo, si se tiene condiciones o aspiraciones de destacarse, y añadirle valor a su recurso, más allá de solo interpretar con la voz.
Sentido y ritmo de la percusión, aporta fluidez y atractivo, da lugar al encanto o carisma individual, el intercambio y la cohesión entre los músicos. El diálogo jazzístico, o instrumental. La interpretación es dinámica, física, gutural, gestual, el ánimo influye, es relevante para transmitir la energía de los acordes. Además, el sentido social, del humor, la charla improvisada va con la presencia escénica. A veces es innato, otras de escuela. Trabajo en equipo y la versatilidad vocal,
Presentes aún los frutos de la formación del ICA
La formación técnica profesional asegura calidad, trascendencia, continuidad del talento humano en la música típica. De hecho, se podría asegurar que una gran parte de las agrupaciones y talentos de hace unos años hasta acá, la aportaron las graduaciones del Instituto de Cultura y Arte ICA. La ola motivacional fue expansiva, se extendió a diásporas migratorias como la comunidad dominicana en New York, España y otras, pero, la dinámica del mercado pronto puede precisar renovaciones.
Al florecimiento de dos décadas hasta acá en la música típica, a la extensión y evolución del legado de los lideres tradicionales, al entusiasmo y seguimiento de nuevas generaciones interesadas, no se le está asegurando relevo. Interpretar merengue típico, tocar sus instrumentos claves, conocer la dinámica sociocultural todo va en paquete.
La industria necesita políticas oficiales que hagan sustentable la música vernácula dominicana, hasta ahora se ha trabajado con el alma y el corazón, las figuras han sostenido y proyectado con la ayuda del público que quiere que viva la música típica. Que se empoderen cada día más del género típico y amplíen la oferta educativa particular, conviértanse en escuelas propias de las nuevas generaciones; es justo y necesario. De lo contrario, ya conocen el riesgo.